THE DEMON KID

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Todo ocurrió un bonito día: Un niño estaba harto de vivir la vida con órdenes de su mamá, los regaños de su hermana y las burlas de los niños de la escuela.

Mientras el niño se encontraba acostado en su cama, pidiendo poder vivir tranquilo para siempre, se empezaron a oír las gotas de una recién comenzada lluvia. El niño, sin darle importancia a la lluvia, sale a jugar al patio de su casa. Mientras se divertía imaginando que era un soldado en una guerra interestelar, la lluvia se hace más fuerte, y se empieza a desatar una tormenta.

Un fuerte resplandor. Un fogonazo. Una explosión que hizo que las casas de esa y otras 3 manzanas a la redonda temblaran. Todo eso en una fracción de segundo... todo eso en el lugar donde antes se encontraba el niño que, victima de la caída de un rayo atraído por lo que, hasta hace unos instantes fue su "arma de rayos láser".

La familia del chico nunca volvió a ser la misma desde ese día, lloraron por semanas, y cuando recién lograban reponerse de la perdida. Mientras miraban sin mucho interés la televisión y charlaban esperando el final de los comerciales para que continuara la película que veían, la luz se fue por unos instantes, no más de diez segundos. Cuando regreso, observaron que un plato empezó a moverse. El terror se apodero de ellos, transformando sus rostros, cambiándolos, de una expresión de leve alegría, a una que demostraba a simple vista el miedo que sentían, aunque el plato dejo de moverse un par de segundos luego de comenzar el miedo les duró por horas.

Cuando por fin lograron conciliar el sueño ruidos raros se hicieron presentes en la habitación de los padres del chico, donde también dormía la hermana de este por el miedo que aun conservaba de esa tarde, y una de las fotos en las que aparecía el chico muerto empezó a moverse. Luego silencio, seguido de lo que parecían gemidos, aunque luego se hicieron más claros ¡eran palabras! y la voz que las pronunciaba era la misma que la del chico muerto. Sus palabras decían siempre lo mismo:

"¡AYUDA!"

"¡Mami! ¡Ayúdame por favor!"

"¡Mama!"

Luego de unos minutos, no más de 3 desde que iniciaron los gemidos, estos empezaron a sonar más bajo, hasta desaparecer. Luego silencio. Un silencio que helaba la sangre, que llegaba hasta los huesos y los atravesaba para luego transformarse en un estrepitoso movimiento de la puerta de entrada.

Con un miedo gigantesco se dirigieron hacia la puerta de la habitación, la abrieron, la luz inundo la habitación, atravesaron el pasillo y llegaron a la escalera, desde donde se apreciaba claramente que la puerta de entrada estaba cerrada. Decidido a investigar, el padre decide bajar, y es acompañado por su esposa y su hija.

Llegaron a la sala, nada, se dirigieron a la cocina, en la puerta que separaba la cocina del comedor se encontraba el chico que había muerto, sin ninguna herida en el cuerpo o signos de quemaduras, estaba como si nada hubiese pasado. Nada había cambiado en el, o eso creyeron, hasta que el chico levanto la cara:

Su boca estaba torcida en una sonrisa demencial, su cara estaba llena de rasguños y heridas, su nariz estaba rota, en una posición anormal, pero lo que mas los asusto, el mayor cambio que encontraron fue en sus ojos, o más bien en lo que alguna vez fueron sus ojos, pues ahora solo unas cuencas vacías se hallaban en donde antes estaban sus ojos.

Mientras la familia contemplaba al chico, este comenzó a avanzar hacia ellos, y empezó a decir:

"Puedo verlos"

"Los encontré"

"¡Voy a matarlos!"

El padre tomo a su hija y a su esposa por el brazo, y empezó a correr hacia la puerta. Saco una caja de cerillos que siempre llevaba en el abrigo, encendió uno, y lo lanzo a la casa, la cual, al ser de madera, encendió rápidamente.

La casa se derrumbo, y dentro quedaron los restos calcinados, por segunda vez, del chico

Una semana más tarde la familia recibió una carta a su nueva casa, la carta decía ser de un amigo del padre, pero al abrirla entendieron que el que la envío no había sido este, si no el chico muerto.

La carta, escrita con sangre, y con letras mayúsculas decía:

"PADRE, MADRE, HERMANA, GRACIAS POR SU MIEDO. UN DÍA MATARE A MUCHAS PERSONAS Y SE ARREPENTIRÁN DE HABERME TRATADO MAL... GRACIAS POR CUIDARME"

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