Revolution ~ Stony And Steggy

~ Stark's Family ~

En este capítulo se incluirá la voz de un narrador omnisciente, las partes en letra inclinada y negrita, serán las contadas por este y el resto estará narrado por uno de nuestros personajes principales: Anthony Stark .

Febrero de 1780

Manhattan, Nueva York

El viento llevaba con él el aroma de la ciudad, un simple recuerdo del presente, un vals de emociones que hacía bailar mis cabellos al ritmo de la brisa, la adrenalina corriendo por mi cuerpo, subiendo desde la punta de mis pies, a través de mis piernas, erizando cada vello de mis brazos, pasando por mi pecho, mis hombros y mi rostro. Suspiro, liberando mis pulmones. Abro mis ojos y siento mi al rededor como si se tratara del ultimo de mis días.

Mi nombre es Tony Stark, y ellas son mis hermanas, Peggy y Janet, tengo 18 años y soy el mayor de los conocidos hermanos Stark, Peggy tiene 16, Janet apenas 14. 

Seamos sinceros, no soy el tipo de joven que cumpla mucho las expectativas del perfecto caballero, pero lo intento ... algunas veces. Mi principal motivación siempre han sido mis hermanas, protegerlas y verlas felices ha sido mi deber, ademas de los ya obvios como único hijo varón de Howard, el peso de Industrias Stark a estado cayendo de a poco sobre mis hombros desde que tengo memoria.

Poder pasear entre los pobres por el centro de Nueva York, detener sus carruajes y observar a otros compartir ideas, es lo que mas disfrutan los millonarios, un perfecto ejemplo de ello es Howard Stark, el hombre es un engreído ... pero uh-oh, lo que el no sabe es que sus hijas, Peggy, Janet y su único hijo, Tony, se escabullen en la ciudad por las noches con el fin de relajarse entre coqueteos, cantos y bailes, conociendo chicos y chicas que sean de su agrado.

- ¡Papá nos ordenó volver al anochecer! - Habló Janet en tono alto mientras tomaba una de mis mangas obteniendo así mi atención.

- Howard no tiene por qué saberlo - La sonrisa en mi rostro y la ceja moviéndose constantemente mostraba complicidad y algo de rebeldía.

- Papá nos ordeno no volver a la ciudad ...

- Si quieres irte, eres libre de hacerlo - Peggy fue quien respondió a Janet esta vez, dándole la espalda y manteniendo una sonrisa similar a la mía.

Mis pasos fueron directo al muelle, mis manos se apoyaron en la madera y mi rostro se elevó observando el resto de la ciudad a lo lejos.

- ¡Ey! observen lo que les rodea, ¡la gente se revela en Nueva York! - La emoción en mi rostro era probablemente lo mas difícil de ocultar en el momento, mi vista no se despegó de los hombres quienes mas que las mujeres se encontraban reunidos por toda la plaza, Peggy pasó su brazo sobre mis hombros y mi rostro se giró a verla, sus ojos brillaban con la misma vivacidad e igualmente observaban atentos la escena revolucionaria frente a nosotros, después de segundos su mirada encontró la mía y suavizó la sonrisa en sus labios mientras tomaba mi brazo y me arrastraba con ella.

-  Anthony ... ¡Vamos!

- Ya es suficientemente malo que papá quiera ir a la guerra ... - Parecía ser que Janet estaba nerviosa por todo el asunto, y la entendía, la ultima vez no nos había ido nada bien, en especial a mi, ¡pero como resistirme a esto!. Tome a mi hermana menor en brazos ignorando sus quejas y la gire sobre mi con diversión, caminamos unos cuantos minutos, la algarabía de los Neoyorkinos se escuchaba cada vez mas cerca.

- Las personas están gritando en la plaza - Escuche a Peggy mientras dejaba a Janet sobre sus pies y caminaba a su lado observando el remolino de gente que se formaba en el centro.

- Es imposible ignorar los guapos chicos liderando la algarabía - Respondí.

Bien, no sobrara decirlo pero mis gustos no eran exactamente legales o bien vistos en la época, el hecho de encontrar atractivos tanto a chicas y chicos jamás me conseguiría respeto o la debida posición que mi padre esperaba que lograra alcanzar en la sociedad.