Soo Hye.

Salvación

Antes de leer recomiendo que escuchéis el video mientras leéis, no tiene ninguna relación con la historia pero genera emociones al escucharlo. Si no les gusta poner canciones tristes en su lugar también funcionaria, es para lo sentir lo que viven los personajes.
Por cierto, hay muchas pistas de canciones, la/el que descubra una le consedere un deseo.

Tae Hyung despertó adolorido, con el cuerpo cansado y peculiarmente confundido. Desconocía totalmente su ubicación, desconocía su nombre y primordialmente quien era.

Las paredes blancas sin vida lo apretaban en un confinamiento alarmante, las ataduras de la camilla le privaba de libertad y la mascarilla en su cara lo ahogaba poco a poco.

Era el tercer ataque de pánico que tuvo en el día, pero eso él no lo sabía, pues, cada vez que las enfermeras volvían, para evitar que sus puntos se abrieran, lo dopaban con fuertes calmantes y analgésicos. En la segunda crisis que había tenido, a las enfermeras no les quedo más opción que atar sus manos y pies a la camilla, ya que se auto lastimaba al intentar escapar y su herida terminó por abrirse un poco. Sin embargo, eso fue suficiente para que su rabieta aumentará un doscientos por ciento y causará aún más problemas.

En un intento vano de querer huir nuevamente, gritó con fuerza el nombre de su hermana menor. Una sola cosa estaba clara, Eun Ji no estaba con él.

Sólo eso necesitaba para calmarse, ver a Eun Ji sana y salva, sin ningún rasguño o prueba de que se había lastimado. Las pesadillas no habían mitigado desde que salió de la sala de operaciones, y aunque no recordaba ni su nombre, sabía que esa niña era importante en su vida. Eun Ji. Eun Ji. Sólo importaba eso.

-¡Quiero a Eun Ji! -el grito se escuchó por toda el ala de terapia intensiva- ¡Tráiganla!

Pero no hubo respuesta a ese, ni, a ninguno de sus otros alaridos, las personas del lugar hacían oídos sordos al confundido niño de la habitación 317.

***

Soo Hye quiso tomar un taxi que le acercará al hospital, pero en aquel barrio de mala muerte nadie quería parar a recoger a una mujer, pues se había vuelto un riesgo hacerlo luego del incidente de la calle Ituzaingó y Mei Tzu. Hace semanas, cerca de media noche, una mujer subió a un taxi para volver a su hogar, el hombre dentro del vehículo intentó llevarla a otro lugar, sin buenas intenciones. La mujer al notar el inminente peligro acudió a un grupo feminista en busca de alguna ayuda, las mujeres llamaron a la policía, al no obtener respuesta por parte de estos decidieron tomar el asunto en sus manos. En medio de la noche, varios autos acorralaron al taxista, de estos autos empezaron a aparecer mujeres con palos y piedras, no midieron su ira y destruyeron el vehículo, el hombre no salió ileso de aquel atraco, termino internado en urgencias. A los días siguientes miles de mujeres protestaban por las calles de la ciudad, demandando derechos y aplastando la reputación de muchas agencias La asociación de taxistas, indignados por tantas calumnias y excusas defendieron al hombre, muchos hasta se negaron a levantar mujeres sin alguna compañía masculina por 10 días, en tributo al hombre que murió tres días luego de ser internado. Hasta el día, hay taxistas que no toman mujeres en horas tardes.

Sin opción, corrió con los acelerados latidos de su corazón, una plegaria en su boca y una sensación de fracaso en su ser. No pudo evitar que su padre le robara todo, no pudo evitar que Tae Hyung enfermara, no pudo evitar que Eun Ji quedará sola en casa. Y es que no tenía con quien acudir, ha estado a ciegas por años intentando salvar a sus hermanos de su horrorosa vida, sin recibir alguna ayuda.
La familia de su madre desapareció del mapa hace años, sin importarles que será de la vida de los pequeños Kim. La familia de su padre hizo por igual, su abuela llegó al punto de negar la existencia de su padre con una seguridad envidiable.