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-Nick... ¿Me... amas?
Esa simple pregunta, que la morena le había hecho miles de veces desde que él había caído en aquella depresión, desencadenó su histeria.
Dejó de escribir el papeleo usual, soltó el bolígrafo, suspiró cansado y, la miro a los ojos. Aquellos ojos que habían perdido aquel brillo que siempre mantuvo desde que la conoció. Su rostro se veía cansado, sus ojos llorosos y toda aquella felicidad que siempre guardaba dentro de ella, ya no estaba.
Y se sentía culpable. Porque por él, ella estaba así. La estaba arrastrando a su situación emocional actual. A su depresión.-Maya.
Mencionó su nombre, la médium abrió más sus ojos de lo usual, esperando una respuesta que la tranquilizara, que calmase sus dudas por unos días, pues, preguntas como esas, le quitaban el sueño.
-Comienza... a hartarme esa pregunta.
Sintió como todo dentro de ella se caía pedazo, por pedazo. Sintió un frío desagradable recorrer sus sienes, y sus piernas comenzaron a temblar.
Nick jamás le había hablado de esa forma, ni dicho algo parecido sobre una cosa tan importante para ella.
Se sintió profundamente... decepcionada.Apretó sus puños, intentando resistir las ganas de llorar y se levanto del asiento.
-Entiende Maya, solo no he estado de humor. -Le dijo, con la misma seriedad y continúo con su trabajo.
-...Bien.
Susurró, pues si hablaba más fuerte, notaria el nudo en la garganta que se le había formado. Susurró solamente eso, porque si hablaba de más probablemente ella diría cosas con resentimiento y el abogado, no contestaría nada. Y eso a ella la llenaba de enojo, impotencia, decepción, porque el Phoenix que conoció, jamás, se quedaría callado.
Salio de la oficina, a paso lento, sin saber a donde iría realmente. Ella vivía con él, eran pareja desde hacia 5 años, y todo había sido perfecto hasta que Phoenix cayó en una depresión hacia tan solo unos cuantos meses. De un novio dulce y mimoso, se volvió en uno que a penas le recordaba que la amaba. Este cambio le ha provocado a Maya innumerables dudas y desgastes emocionales, se siente confundida, se siente triste por no poder hacer nada para ayudarlo y devolverlo a la normalidad, a ese mismo Nick amable y cariñoso que siempre había sido con ella. ¿Había hecho algo mal ella?
¿El exceso de peticiones de hamburguesas le provocaron que ahora estuviese harto de ella y sus preguntas?
La confusión la inmovilizaba, los sentimientos negativos la plantaban en su lugar, la enterraban, haciéndola incapaz de hacer nada por ella. El miedo por perderlo era su pan de cada día, su constante indiferencia a sus muestras de afecto y detalles la estaban asesinando lentamente. Su falta de interés en ella y en su vida sexual... La mataban.
Ella deseaba... Morir.
Porque la única persona que la valoró, que la hizo sentir verdaderamente valiosa, amada y requerida, ahora parecía darle igual si estaba con él o no.Ni si quiera sabia si la extrañaba cuando se ausentaba, pues ya jamás lo mencionaba.
Su única familia, su único sustento emocional estaba dejando de quererla.
¡¿Y como podía afrontar eso?!
¡¿Como demonios podía ser fuerte?!
¡Ya había perdido tanto!
¡Ya había perdido todo lo valioso para ella!
¡¿POR QUE TENÍA QUE SER ÉL AHORA?!
Cayó al pavimento de la calle de rodillas, con la cabeza gacha y los ojos directo al suelo. Su mirada ahora se mantenía perdida, y las lágrimas no tardaron en bajar por sus mejillas hasta su mentón y llegaban a caer hasta su regazo.
Empezó a temblar y a sollozar, estaba gimiendo de dolor. Sentía su cuerpo enfermo, sentía que en cualquier momento moriría.
Y es que, aun no lograba acostumbrarse a esos cambios.~°~

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Cuando las cosas cambian.
FanfictionIncluso una relación estable puede tambalear por periodos. Narumayo, fic corto.