U N O

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Se sentía desfallecer.

El cansancio se había apoderado de todo su cuerpo, como pudo logró abrir los ojos, un poco húmedos, topándose con una habitación desastrosa, con su habitación desastrosa: la mayoría de sus muebles y tocadores de baja estatura se encontraban sin nada en la parte superior, la ropa que portaba hace unas horas se encontraba regada por el piso de aquel lugar, a unos pocos centímetros; su camisa, su pantalón, su bóxer, junto con otras prendas ajenas.

Su respiración seguía siendo muy irregular y no entendía el por qué si ya había pasado algo de tiempo. Después de lograr controlarla comenzó a girarse sobre sí mismo lentamente, con mucho cuidado puesto que en su trasero sentía pequeñas punzadas que le provocaban mucho dolor y, al mismo tiempo, tampoco quería despertar a su novio que yacía a su lado, a solo unos cuantos centímetros.

Cuando logró su objetivo miro con mucho cuidado al otro chico, observó cada una de sus facciones como lo había hecho la primera vez que se conocieron, y recordó como todo él lo había hecho delirar y caer enamorado; sus cejas, sus perfectas pestañas, su nariz «a mi me encanta», sus labios... sus hermosos y perfectos labios tan besables, tan suaves. El menor estaba tan embobado observando lo hermoso que era aquella persona a su lado que no se percató del rápido movimiento que este realizó, había llevado su mano a la cintura del pequeño chico.

—¿Por qué me vez así?— pregunto el chico de cabello castaño claro un poco adormilado, con una voz ronca que hizo que su pequeño se estremeciera.

—Es que... Aún no me lo creo— respondió el chico con una voz muy suave y dulce mientras que poco a poco se acercó al pecho de su novio recargando su cabeza suavemente.

Sintió como la mano del contrario hacia pequeños mimos en su espalda y sonrió levemente ante aquel gesto tierno.

—Llevas ya un año diciendo eso mi amor, ¿Cuánto tiempo más necesitas para creértelo?— le reprochó el chico mayor a su novio.

—Mi amor— susurró el menor con una sonrisa similar a la que tiene una persona anestesiada —necesitare, al menos, unos dos años más...— levantó su rostro encarándo a su novio, quien tenía el ceño fruncido por la respuesta que le había proporcionado.

—Vamos bebé— dejó un tierno beso en la frente del menor —Te amo, ya llevamos un año saliendo, siendo más que felices— le regaló una pequeña sonrisa.

—Yo también te amo, y eso es lo que me preocupa, la persona que más he amado no está ya, y no quiero que eso te pase a ti también— los ojos del pequeño chico comenzaron a cristalizarse y un nudo en su garganta comenzaba a crearse.

—Ha pasado un año y aún estoy aquí, contigo, amándote demasiado, siendo la personas más feliz del mundo gracias a ti— hizo una pausa para aclarar su garganta —si algo me llegará a pasar créeme que me iría de este mundo feliz por el simple hecho de haberte conocido, de haber compartido un pedazo de mi vida con una persona tan maravillosa, tan perfecta... Por haber conocido el amor, por haber tenido la oportunidad de conocer a mi persona, a mi alma gemela, al amor de mi vida— paró cuando se dio cuenta que su pequeño derramaba unas cuantas lágrimas —Te amo—

Transcurrieron unos minutos donde solo estuvieron abrazados, disfrutando uno del otro sin necesitad de decir palabra alguna para no arruinar el aura tan pacifica que se había creado.

El estomago del chico de cabello claro hizo pequeños ruiditos y ambos soltaron unas suaves risas ante aquel suceso, y, soltando a su niño, el más grande de los dos chicos se sentó sobre la cama haciendo que las sábanas cayeran dejando a la vista su abdomen trabajado junto a la v que estaba muy marcada en su pelvis.

«Joder» pensó el chico de mejillas regordetas sorbiendo su nariz, si hace nada se sentía triste esa erótica imagen le había levantado mucho más que el ánimo.

El chico mayor se acercó a su pequeño novio para levantarlo recibiendo unas quejas y unos pequeños golpes en su pecho.

—¡No me muevas!— levantó un poco la voz el pelinegro —me duele el trasero— dijo con una voz muy baja. El mayor no tuvo otra opción más que acercarse y unir sus labios con los de su adorado niño en un tierno y corto beso.

—Iré por algo de cenar— el chico mayor se puso de pie recogiendo su bóxer del piso para proceder a colocarlo, caminó hasta la puerta para luego dar media vuelta mirando a su chico acostado —Supongo que tú no quieres nada, digo, tu sí que cenaste más que bien y de una leche de una buena calidad— soltó varias risitas y salió de la habitación oyendo los cállate de su novio avergonzado.

—Iré por algo de cenar— el chico mayor se puso de pie recogiendo su bóxer del piso para proceder a colocarlo, caminó hasta la puerta para luego dar media vuelta mirando a su chico acostado —Supongo que tú no quieres nada, digo, tu sí que cenaste m...

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Algo rápido para comenzar con la historia :3

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Algo rápido para comenzar con la historia :3

Probablemente luego anule su publicación, idk.
(Sí la anule por un tiempo xd)

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