17.7 "Sueños"

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Anoche Sherlock tuvo dos tipos de sueños.

En el primero, agradecí ser yo y no John quien se haya quedado a cuidarlo por la noche en el hospital.

Estaba sentada en la silla junto a él, con el televisor de la sala encendido pero con mi atención en el Instagram de mi celular. Yo no podía conciliar el sueño pero los dolores al fin habían dejado descansar a Sherlock quien llevaba aproximadamente unos cuarenta minutos dormido. Mi novio balbuceo algunas palabras sin sentido pero aunque a mi me pareció curioso no lo atribuí a otra cosa más que a los efectos de su droga o al cansancio mental que había sufrido hace menos de 48 horas. Sin embargo, cuando mi nombre se filtro en mi entendimiento giré mi vista hacía Sherlock y lo observé unos minutos. Nuevamente sus labios se abrieron para dejar escapar mi nombre con aun más nitidez que antes y algo en mi se encendió al saberme en sus pensamientos nocturnos. Apenas iba a tomar su mano cuando alcancé a notar un bulto extraño y creciente bajo las sábanas entre sus piernas seguido del electrocardiograma acelerándose a la orden de su corazón. Al principio no lo capté pero al él pronunciar mi nombre con más lentitud entendí en que estaba soñando.

No sabía que hacer o como sentirme al respecto, me limité a mirarlo y desear que esos pensamientos terminaran. Estaba avergonzada y me sentía estúpidamente pudorosa. Madre mía. Seguramente si John estuviera aquí para ver esto lo avienta de la cama con tal de hacer desaparecer esos pensamientos de su mente.

No, lo aventaría desde este tercer piso. O desde el techo del Barts.

La situación me ponía tan incómoda que estuve en dos ocasiones a punto de despertarlo con alguna excusa que no revelara que sabía sobre sus pensamientos hacía mi virginal cuerpo en sus más profundos sueños. Pero nunca me atreví a siquiera tocarlo.

Bueno, una parte de la verdad es que el ver a Sherlock sumergido en ese tipo de sueños dónde yo soy protagonista hace que sienta un cosquilleo extraño en mi vientre y que el rubor suba hasta mis mejillas dándoles calor.

Pasados algunos minutos, aquel sueño terminó y Sherlock Holmes volvió a su expresión relajada con su respiración y su pulso normales.

No puedo evitar preguntarme cuantas veces ha tenido Sherlock ese tipo de sueños acerca de mi, pero también (y con una mueca de disgusto) no puedo sacar de mi mente el hecho de que Sherlock y Irene tuvieron sexo en algún punto de su vínculo extraño. No soy una persona celosa pero ese hecho se encaja como una espinita a mi cerebro.

Pero el pasado es pasado y lo que haya pasado entre ellos terminó. Puff. Se acabó. Ya fue. Finito.

Tengo la suficiente confianza en mi misma como para no dejarme vencer por el espectro de un viejo amorío de Sherlock.

•~^•~

Por la mañana y después de algunas horas de sueño que logré conseguir, me dispongo a bajar hacia la sala de espera donde John aguarda para intercambiar lugares y que yo me pueda permitir una taza de café mañanera.

Es muy temprano por la mañana por lo que Sherlock aun sigue sumergido en el sueño pero cuando estoy a unos pasos de abrir la puerta escucho a Sherlock quejarse con desesperación.

Los aparatos a su alrededor comienzan a alterarse también haciendo que una alarma se active en mi sistema lanzándome a su encuentro. Cuando escucho nuevamente mi nombre, el de mi hermano e incluso el de la señora Hudson en sus labios seguido de un repetido y temeroso "Moriarty" sé que está teniendo una pesadilla. Comienza a moverse tanto que puedo ver como la aguja en su mano se mueve bajo su piel y como pronto la sangre comienza a emanar de la herida. Su frente suda, su ceño se frunce y su cuerpo entero trata de incorporarse aun dormido.

Anyone But You [Sherlock]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora