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Emma tragó saliva al leer el mensaje que su amado le había enviado. Miró lo puerta de la biblioteca. ¿En serio iba a ir?
Mandó un mensaje: "¿Mason?"
Miró su atuendo, miró su reflejo, checó su aliento.
Apagó el celular y tomó el lápiz.
Dejó el lápiz y agarró el celular.
–Hey, Dylan.– escuchó.
–No tenías que venir, Mas...– miró al chico, con su cabello blanco alborotado, sus hermosos ojos mirándola, su sonrisa resplandeciendo, y nada más vestía un pantalón de la piyama y una bata encima de su desnudo pecho.
Emma lanzó una carcajada.
–¿Eso es estar decente?–
Él frunció el ceño.
–¿Qué tiene de malo?–
Ella rio aún más fuerte.
–Ay, bueno.– se empezó a calmar.
Mason se sentó a su lado, sonriendo.
Miró los libros que tenía enfrente y los arrastró hacia él.
–Mmm, cálculo.–
Ella todavía sonriendo por la risa, asintió con la cabeza.
–Dame eso.– dijo el chico y agarró el lápiz de la mano de Emma.
Empezó a anotar cosas y ella se acercó con curiosidad.
–Mira, aquí tienes que dividir...–
Y así empezó una noche de enseñanza de parte de Mason para Emma.

El Perfil De EmmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora