Quisiera introducirlos a una parte algo dramática de mi corta vida, estaba en el trance cuando conocí a Justin. Había alguien, llamado James.
Oh, sí les contara sobre James, ¿qué tanto o qué tan poco podría decirles acerca de él?
Era un hijo de puta.
Un tremendo hijo de puta.
Cuando lo conocí jamás pensé que llegaría al punto de odiarlo tanto o siquiera odiarme tanto a mí por quererlo tanto.
Era el clásico pollón al que le gustaba tenerte a sus pies a su antojo, un chico bastante difícil de entender. Había unos días en los que te la pasabas tan bien sin su presencia, mientras había otros que llorabas al extrañarlo, una mezcla de sentimientos bastante compleja. Alguien que hacía que cada maldita canción de desamor te la tomaras a pecho.
Podía mostrar todo el interés y cariño del mundo (contadas veces), pero cuando no lo hacía sentías una clase de vacío incomprendido de ti.
Era de esperarse que trajera loca a más de una pero les aseguro, nadie como yo.
Cuando chocaban las miradas, ni que decirles, él hacía que cada mirada accidental fuese un infierno.
Te hacía quererlo con todas tus fuerzas pero odiarlo y aborrecerlo al mismo tiempo.
¿Qué puedo decirles acerca de James?
Maldito idiota.
Su forma sarcástica de hablarte y de reírse eran terribles.
Sin embargo, las miradas que arrojaba, esa forma tan suya de tomarte entre sus brazos, sonreírte entre cada beso. Acariciar tu pierna mientras iban en el auto, maldita sea.
Cada vez que me veía molesta me hacía un gesto de puchero o me guiñaba el ojo, sabía que me mataba.
Dios, sufrí tanto. No lo culpo a él. (No del todo)
Me culpo a mí.
Me culpo a mí, porque aunque yo sabía cuáles eran sus intenciones, escuche todas las advertencias de mis amigos, veía algunas veces sus malos tratos, nada de eso me importó.
Yo lo quería.
Demonios, lo quería como una maldita perra loca.
Así como los alcohólicos aman el whiskey, o los drogadictos la cocaína. Así yo lo quería. Con tanta desesperación, lo buscaba. No importaba cuántas veces me rompiera el corazón, no importaba con la tipa que se metiera, no importaba nada. Porque cuando él me miraba yo sentía como el mundo se paraba, como me hacía falta la respiración. Porque cuando estaba con él no quería que el tiempo pasaba. Me aferré a él como cualquier niño a un capricho.
Él fue mi capricho, más yo no él suyo.
Lo que nunca voy a entender fueron tantas veces que me preguntaba si él no se merecía a nadie.
Yo lo quería tanto que esa clase de preguntas lastimaban.
Aunque, no todo sobre James era malo. Tenía cosas buenas, contadas, pero buenas.
Era muy buen amigo cuando se lo proponía, sabía escuchar, te hacía reír, cuando no era un tremendo cabrón, claro.
Finalmente, tarde mucho, pero mucho tiempo en entender que no siempre a quienes queremos somos correspondidos con más o igual amor que damos.
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Give Me Love {JB}
Teen FictionA todos nos ha pasado que conocemos a la persona equivocada, tal vez no lo era, pero las cosas no se dieron en su momento o simplemente no era. Sin embargo, yo estaba totalmente convencida de que el era para mi.