Runaway ღ taekook [Zombie Apocalypse]

04

HOLAAAAAAAAA

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...

Taehyung se despierta sobresaltado por el mal sueño que estaba teniendo. Su cabeza se golpea contra la ventanilla del coche y suelta un quejido mientras soba la parte herida- ¿Estás bien? -suelta un gruñido como respuesta negativa ante la pregunta de su compañero.

-Dime que estamos llegando -pide con la voz rasposa.

-Uh, pues en realidad tengo una mala noticia -murmura con suavidad para no alarmar al castaño.

Suelta un suspiro y se gira para mirarle y ver que ocurre- Sorpréndeme.

-No queda casi gasolina y no hay una maldita gasolinera desde hace bastante -el coche va disminuyendo velocidad por sí mismo, hasta que frena definitivamente-. Retiro lo dicho. Ya no hay gasolina.

-Me voy a pegar un tiro -Taehyung saca su pistola y le quita el seguro, pero sin ser lo suficiente veloz, ya que el pelinegro se la arrebata de golpe-. ¡Oye!

Jungkook se la guarda en su pantalón y le lanza una mirada fulminante- Deja de ser un dramático y no intentes idioteces porque te golpearé -le amenaza con una ceja elevada. El castaño responde con un bufido molesto y se deja caer en su asiento de nuevo mientras mira a la carretera.

-¿Qué hacemos ahora? Vamos a morir -dice con miedo.

-¿Puedes dejar de quejarte y de decir que vamos a morir? -pregunta con molestia-. Moriremos cuando tengamos que morir, ahora saldremos del coche con nuestras cosas y buscaremos un lugar para dormir.

Taehyung le mira incrédulo si realmente piensa que él va a salir a la calle para que un grupo de zombies se acerquen para comérselo vivo- Ni de coña, ¡eso sería un suicidio por nuestra parte!

La molestia dentro del cuerpo del pelinegro estaba llegando a su tope. Si no fuera porque tiene motivos para mantener a Taehyung a su lado, ya lo hubiese dejado a su suerte en algún lugar para que dejara de molestarle con todo- Mira, Kim -desabrocha su cinturón y prácticamente se queda sobre el cuerpo del mayor, quien le mira nervioso por la cercanía-. Todo lo que hagamos a partir de ahora será un suicidio. O vivimos o morimos, pero vas a venir conmigo como sea.

Muerde su labio sin apartar su mirada de la de Jungkook y sin darse cuenta, acorta todavía más la distancia que hay entre sus rostros, quedando así a centímetros de sus labios. Echa un vistazo a la lengua del menor mojar sus belfos, con lo que supone que es nerviosismo, y roza sus narices a propósito- Eres un mandón -sonríe de lado y empuja el pecho del contrario para que vuelva a su asiento.

Jungkook aclara su garganta una vez su trasero vuelve a tocar la piel del asiento y el castaño sonríe al haberse dado cuenta de que la cercanía entre ambos no solo le afectó a él.

Con un suspiro, Taehyung se mete entre ambos asientos para coger las mochilas con armas y municiones, notando como algo impacta contra su trasero. Suelta un quejido y se gira para ver una sonrisa maligna en los labios del menor- ¿Acabas de golpearme el culo?

-Podría ser la última vez que lo haga -se excusa con un encogimiento de hombros como si fuera la cosa más normal del mundo, aunque la relación que tienen sea de todo menos normal.

-¿En serio eso sería la última cosa que me darías antes de morir? Que idiota eres Jeon -abre la puerta y sale, no sin antes asegurarse de que no hay nada a los alrededores de donde se encuentran.

El pelinegro hace lo mismo y caminan uno al lado del otro por la carretera- En realidad eso no sería lo último que te daría si fuéramos a morir.

Le mira de reojo y arruga su nariz- ¿Qué sería entonces?

-Lo sabrás cuando estemos a punto de morir -responde sin más y ambos saben que esa conversación termina ahí.

Taehyung no insiste porque sabe que no va a contárselo y Jungkook simplemente camina sin intención de continuar la conversación, o al menos ese era su plan, porque en cuanto escucha como habla de nuevo, le mira por el rabillo del ojo.

-¿Había muchas de esas cosas mientras conducías?

Suspira pesadamente, recordando las memorias de las últimas horas y el como por poco se pensaba que tendría que despertarlo y hacerle bajar del coche para así poder avanzar. Las cosas, por llamarlas de alguna manera, comenzaron a duplicarse con el paso de los minutos y conducir por la ciudad se le hacia complicado por la cantidad de coches parados en medio de la carretera, probablemente de personas que salieron corriendo despavoridas al darse cuenta de lo que ocurría.

Sin embargo, puso toda su fuerza de voluntad en ignorar como se acercaban al coche dando tumbos y con la mayor suerte del mundo, llegaron a la carretera, casi desolada, que les llevaría hasta Daegu.

-Mejo que no lo sepas.

El miedo se refleja en la mirada de Taehyung, que se pega más a él por puro instinto aunque la carretera esté completamente vacía, sin peligro alguno-. Siento estar perdiendo los nervios, es solo que... -muerde su labio, pensativo- Que uno de mis peores miedos se esté volviendo realidad cuando se supone que era imposible que pasara, uh, me tiene al borde.

-Te entiendo, de verdad que lo hago -no quiere sonar duro, pero no es momento de andarse con charlas inspirativas-. Solo intenta no entrar en pánico si los tenemos cerca y hay que quitárnoslos de encima.

-Está bien, lo siento -opta por dejar de ser un grano en el culo por mucho que le cueste, bajando su mirada y caminando junto a él.

Jungkook siente una presión en su pecho al haberle puesto triste, maldiciéndose porque obviamente es culpa suya- Antes lo hiciste bien, no eres una carga como crees -suelta sin pensar, simplemente queriendo que se anime.

Su cabeza se dispara hacia arriba, mirándole con confusión- ¿Antes? ¿Quieres decir cuando dejé de entrar en pánico por un segundo?

-Sí, exactamente eso -sonríe levemente-. Creí que no llegaríamos al coche y cuando te frenaste de golpe me asusté, creí que tu mente había dejado de funcionar e ibas a hacer una locura... -murmura- De hecho cuando vi a esa cosa tan cerca de ti, joder... Me asusté tanto, Kim -admite con su mirada enfocada en la carretera, asegurándose de que no aparece nada por sorpresa y perdiéndose la forma en la que Taehyung le está mirando.

-Me alegra escuchar que creas que hice algo bien -le responde-. ¿Sabes por qué lo hice?

-¿Para que llegáramos al coche?

Niega con la cabeza- Por una parte sí, lo hice por ti -confiesa, avergonzándose a la misma vez que sus palabras abandonan sus labios-. Para que al menos fueras tú quien alcanzara el coche.