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El estrés acumulado no me dejaba concentrarme en mis tareas de la Universidad.

Suspiré por decimacuarta vez en media hora, Nathan estaba estudiando para un parcial, dejé de tipear en mi computadora para mirarlo, su entrecejo estaba fruncido y con su mano derecha sostenía una lapicero que golpeaba contra el suelo, y por mi mente pasó la palabra "tierno" y "sexy" al mismo tiempo. Solté media sonrisa al tiempo que Nathan levantaba su vista hacia mí.

-¿Cómo vas con eso?-dejó las hojas a un lado y se sentó junto a mi, apoyo su cabeza en mi hombro y soltó una risa cansada-tanto estudiar está derritiendo mi cerebro.

-Me falta poco para terminar-me acerqué a su rostro y besé la punta de su naríz, justo donde un poco más arriba se encontraba un lunar, después baje a su boca robandole un beso rápido-, se que pasarás el parcial con la nota que mereces-dejé las palabras al aire, hacía más de tres  semanas  había vuelto a ver a Julián y aún no se lo había dicho, aunque los días que veía a Nathan nos juntabamos a estudiar, aunque fueran cosas diferentes para cada uno, y cuando no estábamos estudiando estábamos paseando sobre la cama-... hace tiempo volví a ver a Julián, y hablamos un poco por mensajes.

No vi su expresión, pero mis labios se habían convertido en una línea esperando que él respondiera.

-¿Pasó algo?-soltó un gran suspiro acompañado con la palabra "mierda"- Teo no puedo evitar molestarme ante eso, tu sabes, fue un hijo de puta contigo... sólo recordar como estuviste por el...

-Oye, eso ya pasó hace tiempo...- el levantó su cabeza de mi hombro y me miró serio-fue hace demasiado tiempo, prefiero quedarme con los buenos momento vividos y ya.

-Bien.

- No puedes enojarte por esto Nathan, justamente te lo estoy diciendo para que no te enojes...

-Si puedo-ambos volteamos los ojos y suspiramos-, no quiero que hables con él, no es bueno.

- No estaba pidiéndote permiso para hablar o no con él-cerré por unos momentos mis ojos, me paré y camine hacia la cama para ordenarla, mi estres y mis impulsos no me ayudaban a calmarme, claro que el se enojaría porque no sabe que Julián está arrepentido. Una voz dentro mío me imploraba calmarme, pero mi boca fue mas rapida que mis prnsamientos-, lo que haya pasado entre el y yo ¡HACE CINCO PUTOS AÑOS! no tiene nada que ver con que el sea buena o mala persona.

-¡Oh claro! Porque meterle cuernos a tu pareja no es de mala persona, porque usar a alguien por los sentimientos que tiene por ti te hace buena persona. Porque dejar roto por dentro a alguien que estaba dispuesto a darte todo, es de buena gente. Genial Teo, él es una persona digna de admirar.

-Nat, yo fui el imbécil que se dejó hacer esas cosas-me senté en la cama, calmando mi mal humor creciente, que acumulado al estrés de visitar a mi mamá, terminar los trabajos de la Universidad, no poder pasar tanto tiempo como quería con Nathan, sólo hacía más que aumentar mi ceño fruncido-, ya hemos hablado de esto, además fue hace tanto que olvidé la mitad de las cosas que pasé junto a él o las cosas que hice mal por él-pero cuando miré a los ojos a Nathan el sabía que eso era mentira, y yo también lo sabía.

-Debo irme, tengo que estudiar para mi parcial.

Mordí mi labio inferior, temía que esto pasará.

-Okay-me paré a la par de él, mis ojos se cerraron con fuerza.

-Mierda Teo, puta mierda.

Juntó sus apuntes del suelo y salió, no sin antes susurrar un te amo. Bien, estábamos peleados, y no se por qué ambos estábamos tan enojados. Julían es... otra historia, ¿por qué no lo entiende? Me tiré sobre la cama soltando un suspiro, lo único que estaba haciendo bien hasta el momento es bajar de peso.

Escuche cómo cerraba la puerta principal, mis ojos se cerraron lentamente, sólo quería dormir un poco, no tenía la misma energía que antes, si tan sólo Nathan estuviera aquí estaría mejor, mucho mejor.


-Teo-la mano de mi papá movía lentamente mis hombros ¿cuánto había dormido?-, es hora de que comas algo.

-Mmm...-mis ojos se negaban a abrirse por completos, la idea de comer algo revolvió mi estómago- no tengo hambre, quiero tomar algo, lo que sea.

-Hoy se cumplen tres meses y medio desde que no cenas ¿pasa algo malo contigo? ¿necesitas que te lleve al médico?

-Simplemente mi estómago deja de sentir hambre-no abrí mis ojos, tampoco moví mi cuerpo, estaba bien dándole la espalda a la realidad y también a las preguntas de mi padre-, quizás es el estrés, parciales, trabajos con fecha cerca a la entrega, tengo poco tiempo para mí.

-Lo comprendo, pero sabes que con unos llamados míos puedo facilitarle las cosas ¿cierto?

-No quiero conseguir mi título de manera fácil papá, quiero esforzarme al máximo.

-Entiendo... ¿café?

-Con tres de azúcar.

Tomaría un sorbo de café para terminar los trabajos y poder estudiar, necesitaba un pequeño descanso, pero no era el momento.

Y lo que no me dejaba concentrarme es que pelee con Nathan, por una idiotez, ¿por qué simplemente no le daba poca importancia al tema? ¿por qué tiene que recordarme cada vez que puede que la pase mal hace cinco años?

-Ya está el café-sus ojos se encontraron con los mios y lo notó, jodido mierda que lo notó-¿qué sucedió con James?

-Fue una pelea tonta, pero en parte tiene razón y en parte no-mi estómago se contrajo y suspire-, no creí que peleariamos por una idiotez tan grande.

-Bueno, sólo puedo decirte que ambos están un poco estresados, y no darán el brazo a torcer. Sólo necesitan calmarse y ya, no es algo por lo que no hayan pasado antes, cuatro años con muchas horas Teo.

-¿Y por qué dices hora y no días?-reí por lo bajo, a veces mi papá decía las cosas de forma un poco rara-¿No sería mejor decir es mucho tiempo juntos?

-Porque valoras más las horas que los días, si digo cinco días no pensarás que es mucho, pero sí te sigo ciento veinte horas si es más ¿No?

-Tienes razón, ya... solucionaremos esto de alguna manera.

Asintió suavemente y se fue, le di un sorbo al café y termine el trabajo, ya falta poco para que termine de una vez la Universidad.

El peso del cariñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora