CAMINO NUMERO UNO

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Un laberinto, con solo cuatro caminos, como perderse si el primero va en línea recta y lleva a la salida; los otros van a esa vieja habitación café con un sofá y una ventana vieja, llena de telarañas con vista a un vacío gris y fio.
Aun así, ya no se cuantas veces me he perdido, siempre tuve opción de ir en línea recta pero aun así termino en ese cuarto con olor a humedad.
Todas las veces que estoy en el principio me aseguró de ir en línea recta.
¿Tal vez las frías paredes de ese laberinto sean una precipitación de mi muerte?
¿Tal vez esas paredes rectas y similares a una caja de cartón sean mi camino al descenso del infierno?
Otra vez en el principio, tratando de llegar al final y siempre con la misma duda. Las rodillas ya me sangran de estar arrastrándome por esos pasillos de cartón sólido, una luz al final que es la que me guía. Nunca me desvió aun así al cuarto he llegado por la derecha, por el suelo, por la izquierda y hasta he llegado cayendo del tejado.
Otra vez llegue, de nuevo lo mismo.
Tengo que esperarla, nunca tarda mucho.
¿Para qué la espero?
Para escondernos, nunca lo he visto pero ella tiene miedo y me pide no verlo. Ya se me el patrón, yo llego espero, ella lega y cuando la vieja madera del suelo gruje nos escondemos detrás del sofá y evitando verlo, luego de eso abro los ojos y de nuevo en el principio.
¿Pero qué pasa si lo veo?
Ahí esta ella corriendo hacia mí, otra vez me pide lo mismo y yo acepto.
Ella es grande y robusta, no se le ven los pies, están tapados por una gran capa morada oscuro, solo se le ven sus ojos llorosos y cansados llenos de terror.
Mientras me preparo pienso en por qué no verlo, porque ella tiene tanto miedo. Así que esta vez no me esconderé y me enfrentare a él.
La madera comenzaba a crujir y ella desesperada me pedía que me escondiera y cuando el crujido de la madera sonó estremecedoramente en mi oído quise esconderme, pero ya era tarde, eso a lo que ella huía estaba a mi lado, pero aun estando a mi lado no tuve el valor de mirarlo, otra vez cerré los ojos, pero esta vez él podía verme y yo podía sentir su fría y aterradora presencia al lado mío.
Paso un minuto que para mi era una eternidad y deje de sentir su presencia, espere más y abrí los ojos, ya no esta en el cuarto, pero, tampoco al principio del laberinto estaba en una caja totalmente cuadrada, en cada pared habia un agujero como del laberinto viejo, pero mucho más pequeño que el pasado, ya que en este tenía que arrastrar mi cuerpo por los túneles para poder moverme de ese lugar.
Elegí el camino de mi izquierda el numero cuatro, ya que nunca había elegido ese camino.
Cuando mis codos ya comenzaban a dolerme y mi piel a desgarrarse y sangrar, escuche algo otra vez de las paredes, era un llanto de algún recién nacido, eso nunca me había pasado, me emocione tanto que intente tirar la pared, pero no funciono y justo después de eso vino un llanto desgarrador acompañados de súplica, se me erizo la piel y un temor entro en mí y me lleno el pecho, intente irme rápido del lugar pero mis brazos temblorosos no se movían de tanto miedo.
Como no me podía mover me esperé unos minutos mientras mi mente se relajaba, pero al paso del tiempo sentí poco a poco una pequeña, húmeda y fría mano, en mis tobillos. Espantada y con un vacío en el estómago me arrastre rápidamente por los pasillos de ese laberinto. En este laberinto no había luz que me guiara así que solo me arrastré hasta sentir una reja en el suelo, la quite y vi algo similar a un árbol en el cual había una caja de metal llena de agua donde habia una ardilla, detrás de esa caja había una puerta. Trate de mover la caja, la ardilla solo me vía.
La caja era tan pesada, que casi no pude moverla, apenas la moví unos centímetros y a través de la puerta escuché a una mujer correr y justo luego un crujido y un aura aterradora lleno la habitación. La ardilla se puso histérica de la nada y empezó a crecer, me asuste tanto que grite y ese monstruo que antes era una linda ardilla me ataco y me enterró las garra en la mejilla.
Me estaba desangrando y no sabia que hacer, llegue a un punto en el que solo me deje caer y el olor de la sangre lleno el cuarto.
Al despertar otra vez me encontraba frente al viejo laberinto de siempre, yo estaba cubierta de sangre y mi tobillo esta aruñado.

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⏰ Última actualización: Feb 09, 2018 ⏰

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