Pero los padres de Gene, que pensaban que Robert era una especie de amigo imaginario, comenzaron a preocuparse cuando comenzaron a escuchar a su hijo hablando con alguien más, mientras se encontraba encerrado solo en su habitación, como si alguien más aparte de él se encontrara en su pieza. Al mismo tiempo, los vecinos afirmaban que cuando la familia Otto salía de la casa, veían al muñeco asomándose por las ventanas de la casa, como si el juguete hubiera comenzado a moverse por sí solo. Para empeorar las cosas, el niño comenzó a experimentar atroces pesadillas al tiempo que les contaba a sus padres que Robert había comenzado a moverse por cuenta propia. En una ocasión, mientras el niño dormía, se escuchó un estruendo en su habitación. Cuando sus padres fueron a verlo encontraron la mayoría de los muebles volcados y al muñeco tirado al pie de la cama. Cuando le preguntaron a su hijo por qué había hecho eso, éste les respondió llorando: "No fui yo, fue Robert".
Sospechando que algo extraño pasaba con el muñeco, los padres del niño decidieron sacar el juguete de la pieza del niño y dejarlo tirado en un rincón del ático de la casa. No quisieron botarlo, pues su hijo se había encariñado demasiado con él. Con el paso del tiempo, Robert quedó arrumbado en ese lugar, cubriéndose de polvo.