i hate you, i love you

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in the name of love,
I say....









Mabel cepillaba su cabello mientras se veía frente al espejo, tarareando una vieja canción de cuna que, por alguna razón, permanecía en su memoria.
Pasaba el cepillo una y otra vez, disfrutando del sonido que se producía, se balanceaba levemente de un lado a otro, suave, como lo haces al escuchar una melodía, de esas que te adormecen los sentidos y te hacen sonreír inconscientemente.

Afuera, arriba de uno de los grandes pinos que rodeaban esa cabaña llena de calidez, una peli-plata y una rubia observaban a la castaña, lo que la ventana de su habitación les permitía ver.

- ¿enserio tengo que hacer esto? .- preguntó la rubia haciendo una mueca de desagrado.

- tienes que hacerlo, es parte del plan .- la peli-plata gruño.

- ¿y necesitamos..., corrijo, necesito hacer todo ese show; convivir con ella, solo para eso? .- le respondió con fastidio.

-lo harás, porqué lo ordeno, ¿quedo claro? .-le miro algo mal.

- claro...usame de carnada para atrapar a la carnada .- gruño leve y bajo con cuidado del árbol.

El ligero viento mecia las hojas, junto con su cabello rubio, como el oro, como el sol, las ramas crujian un poco conforme tomaba una para continuar descendiendo, finalmente bajo de un pequeño salto; toco la tierra húmeda del suelo, al tiempo que las hojas secas crujían y se escuchaba un golpe sordo de sus zapatos contra el suelo terrenoso.

Arreglo su cabello, miro hacia arriba, Dryna le miraba, advertiendole que si se le ocurría meter la pata, las pagaría muy caro, al mismo tiempo que le ordenaba seguir cada paso del plan, sin saltarse nada.

La rubia bufo, dió la vuelta y con elegancia comenzó a caminar hacia la entrada de la cabaña.
Tenía una falda azul celeste que le llegaba poco arriba de las rodillas, a juego con su suéter delgado; su blusa era de color morado y sus zapatos lo eran igual, también un collar, joyería cara se podría decir, colgaba de su delgado cuello, igual que unos pequeños pendientes de oro que se mecian suave de sus orejas.
Estuvieron como una hora allá arriba, esperando pacientes a que el rubio entrara a la cabaña, para así tener la entrada libre, ¿cómo saben que la castaña será la que abra la puerta?, Pacífica no sabía nada de eso, Dryna le había dicho que tenía cubierto todo, ya ella se encargaría en parte, de que el plan saliera a la perfección, y solo le pidió que no hiciera alguna idiotez, ¿quién se creía?.

Se acerco a la puerta, y toco levemente, pero lo suficiente para que le escucharan.

Se cruzo de brazos y espero.
El crujir de madera se escuchaba adentro de la casa, pasos, uno tras otro como una danza, una voz tarareando conforme se acercaba a la puerta, el ruido del pomo al ser tomado y el rechinar de la puerta al ser abierta. La castaña dejo de tararear de golpe al ver a la persona que estaba delante de ella, en su puerta, en su cabaña, estaba confundida.

- ¿Pacífica?.- cuestiono aún algo extrañada por la repentina visita.

La rubia trago saliva mientras le veía, sus ojos se toparon y estuvieron observandose un buen rato.













I hate you











Mabel sonrió leve después de un rato.

- ya descubrí algo nuevo de ti, que fabulosa soy .- comentó la castaña.

- ¿Qué?.

- hay algo de verde en el azul de tus ojos .- rió.- aún que no sé si llamarlo defecto.

La rubia carraspeo.

Witch hunters (billdip-yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora