Sólo amigos.

31 4 0
                                    

Volvio a recaer con la misma enfermedad, esta vez peor. El doctor ni siquiera daba esperanzas y el temor volvio a apoderarse de mí. ¿Qué es peor que saber que una persona MUY importante en tu vida está muriendo poco a poco y no puedes hacer nada el respecto? para mi, aún nada. Es el sentimiento más horrible y el momento más detestable por el que se puede pasar. Pero, milagrosamente la vida le dio otra oportunidad; y cuándo regresó a casa... Recuerdo haber estado en la mía arreglandome para ir a la universidad y ni siquiera me importó peinarme, maquillarme o ponerme una buena camisa, me puse lo primero que encontré y salí corriendo a verlo.

Llegué y le estaban cortando el cabello, otra vez se le notaba débil y luego lo abracé -muy fuerte por cierto- me sentí tan feliz y tan tranquila por verlo fuera de peligro. Le golpeé suavemente el hombro y le reclamé juguetonamente "¡¿Acaso pensabas morirte y dejarme sola?!" "¿Luego con quién me iba a casar?" y el sólo me mostró una sonrisa a medias que para mi era suficiente para saber que estaba bien.

Después de ese día nos volvimos más unidos y nuestro lazo se hizo más fuerte. Hace mucho que había dejado de verlo cómo un amigo, hace mucho que ver esa sonrisa se había vuelto parte mi, hace mucho que esa mirada tan fija, penetrante y llena de amor se había vuelto una necesidad para sentirme completa. Hace mucho que sus besos causaban cosquillas en mi estómago y un acelerado palpitar en mi corazón. Hace mucho que escondía todo este sentimiento que poco a poco fue creciendo por él.

¿Que si se lo dije? ¡NO!

Díganme estúpida, loca o cómo prefieran. Pero no me atrevía, aún no. Estuve durante años negándome una oportunidad con él y cuándo el decide darse una oportunidad con alguien más, no pensaba arruinarlo diciéndole que lo amaba. Imagínense, ya había sido lo suficientemente cruel o egoísta con él.

Los últimos meses de aquel año, no se lo dije, pero ya me había entregado a él; mi corazón era suyo completamente, disfrutaba estar a su lado, decirle que lo amaba y entrelazar su mano con la mía. Todas las noches, nuestro amor se notaba y sentia a kilómetros. No era necesario decirlo, nuestras acciones eran más que suficiente para que nuestro entorno percibiera algo más que una simple amistad. Y aunque ninguno de los dos hablaba de amor, era lo único que sabíamos hacer, amarnos.

No éramos nada, pero éramos felices.

"Qué lindo es el amor que te hace creer que tocas el cielo, cuándo en realidad estás cayendo" dice una frase que oportunamente encontré vagando por internet; y es tan acertada, porque justo cuándo sentía que todo finalmente encajaba en su lugar, en un día de Enero... 3 palabras me apuñalaron de frente.

Seamos sólo amigos.

A pocos días de haberme dignado a confersarle mis sentimientos y admitir que lo amaba, me soltó y me derrumbó de golpe. Ni siquiera supe como reaccionar, sólo mencioné un "está bien" demasiado falso.

Ahora díganme, ¿cómo llamar amigo a quién al besarme me hacía olvidarme de todo?, ¿cómo llamar amigo a quién al hacer el amor le dejaba una parte mi? la más vulnerable, la más honesta, la más real. ¿Cómo llamar amigo a quién al mirarme me hacía sentir la mujer más perfecta para sus ojos?, ¿cómo llamar amigo a quién me había logrado enamorar hasta los huesos?. Él ya no era mi amigo, ni tampoco mi novio, ni siquiera mi amante, pero era mi todo. Tuvimos algo grande, o en realidad pequeño, pero era nuestro, muy nuestro.

Lo peor de morir de amor, es que no te mueres. Te tocan días duros, difíciles y largos, se empieza a tratar de vivir con eso. No voy a mentir. Lo extraño, tal vez mas de lo que alguien vaya a extrañarlo en toda su vida. Pero ¿que podía hacer? ¿luchar por él? ¿buscarlo? ¿pedirle que se quedara conmigo?.

No.

La vida tiene su manera de hacer las cosas, quizá nuestra historia sólo debía ocurrir así, no queda más que aceptarlo. Y si es de volver a estar juntos, más adelante la vida volverá a ponerlo en mi camino. Mientras tanto, sólo me quedaba conformarme con ser sólo su "amiga".

Así que me tocó a mi estar en sus zapatos. Escucharlo hablar de su nuevo amor y yo sólo asintiendo sin decir nada, aconsejarlo cuándo tuviera una discusión con ella o decirle unas cuántas maneras de cómo conquistarla. Ya no era yo la causante de su brillante sonrisa, la razón de su felicidad ahora era ella, en su mente sólo pasaba estar con ella y quererla de mil maneras. Sin embargo, aún me gusta pensar que ese par de estrellas que tiene en sus ojos brillan por mí y para mí. Les juro, que sólo se le iluminan de esa forma cuándo está frente a mi. Y me niego a pensar de que ella también ocasiona eso en su mirada, es lo único que aún me pertenece. La mirada de mi niño.

Y así termina mi historia, por los momentos. A veces estamos con la persona correcta, en la relación incorrecta. No nos damos cuenta y sólo cuándo es tarde, empezamos a entender todo realmente. Y a pesar de todo, pienso que valió la pena, me regaló muchos de los mejores momentos de mi vida. Al fin y al cabo, tenerlo como amigo o como pareja no importa en realidad, sino con el simple hecho de tenerlo a mi lado puedo sentirme satisfecha, completa y feliz.

 Al fin y al cabo, tenerlo como amigo o como pareja no importa en realidad, sino con el simple hecho de tenerlo a mi lado puedo sentirme satisfecha, completa y feliz

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
La persona correcta, en la relación equivocada.Where stories live. Discover now