cuentos y relatos de cualquiera.

002.-bella chica.

Ella era hermosa.

Simplemente encantadora. Siempre siendo gentil, servicial y derrochando ternura, su presencia alegraba cualquier sitio, donde quiera que ella estuviese la simpatía y sinceridad se sentía en el ambiente.

Tenía unos ojos color azul muy profundo, los cuales eran hipnotizantes para todo aquel que estuviese hablando con ella, sus labios finos y de un rosa pastel tan natural que encantaban a cualquiera con tan solo una sonrisa pequeña, su nariz respingada y delicada daba un toque tierno a su rostro, casi como si de inocencia se tratase.  

Su cuerpo, oh su cuerpo.

La chica parecía una obra de arte, ni siquiera el mejor escultor, pintor o dibujante hubiese podido crear semejante cuerpo, ni en los mejores momentos del mejor artista de la historia, ¡en su momento más grande de inspiración erótica pudiese haber imaginado tanta perfección!
Y al mismo tiempo era como ver un ángel indefenso, tanta belleza física provocaba a cualquiera a protegerla de cualquier daño, de cualquier mínimo raspón que pudiese dañar su tersa piel, que era de un tono pálido y lechoso único.

Oh bella chica...

Era querida por todo aquel que tuviese el honor de llegar a conocerla, las personas se sentían mejor cuando ella estaba cerca, alegraba los corazones del más pequeño infante, hasta el más anciano de los hombres.

Sin embargo, ahí está él. Dañándola de tantas formas que ni siquiera se da cuenta, guiado por el deseo carnal y la poca conciencia que pudiese tener aún, ensuciando la pureza física y espiritual de la bella y desafortunada chica, la cual no puede hacer otra cosa que derramar sus valiosas lágrimas y al mismo tiempo, en gritos ahogados pide ayuda a quien pudiese dársela, la desesperación esta tan presente en su voz como el dolor en su cuerpo y…mientras él sigue… ella deja de pelear, ella deja de sentir dolor.
Deja de quererse para empezar a odiarse, para empezar a sentir asco por sí misma, para no volver a sentir.

y, sin que nadie se diera cuenta… su esencia se perdió.

Y a los pocos días, su vida termino.

Oh bella chica...

Ahora recorres los senderos del paraiso, sacando sonrisas a aquellos que ya no están.

Y él sigue en busca de bellas mujeres con las cuales pecar.
Pero ese gusto solo le durara en el mundo terrenal.

Oh bella chica, tu descansa en paz.

P.Cadena