1/4 De Alma 《YoonKook》

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• _Pov Yoongi_ •

Me había desmayado antes de comenzar cualquier cosa con la castaña que había traído a casa y besuqueado en el sillón de la sala de esta misma.

Tremendo fastidio.

Siempre había bebido más de la cuenta y nunca antes perdí el sentido. Entonces, ¿Porqué?

Estaba molesto conmigo mismo y con todo el mundo en realidad. Mi noche de diversión se había arruinado y por el sol que se colaba desde la ventana podía adivinar que ya era de mañana.

Maldecí más de doce veces en mi cabeza, mordiéndome una de mis mejillas mas me detuve por los besos que eran regados en el costado de mi rostro.

Seguramente la chica se había quedado para continuar pero ya sinceramente no tenía ánimos ni ganas de verle la cara.

—Oye, ya detente y vete ¿Quieres? el show se acabó.

Sin embargo los besos siguieron, provocándome un siseo lleno de molestia.

—Acaba de una vez y lárgate.

Mi voz se había vuelto más ronca, más amenazante y por sobre todo más repelente, pero sentía todavía el toque de unos labios sobre mis mejillas, húmedos toques suaves como roces, como besos mal dados.

Menuda mierda.

Ya sentía el palpitar de una vena sobre mi cuello.

No tenía paciencia, ni siquiera un pequeño fragmento y las ganas de sacar a la chica de mi departamento como si fuera un costal se estaban haciendo insoportables, sin embargo, antes de que pudiera afilar mi lengua para decir algo hiriente un carraspeo me detuvo. Más bien me congeló.

—Oye... Es... ¿Eso es tu hijo... Hermano... O algo?

Aquella voz femenina no sonaba cerca ni por asomo.

Abriendo mis ojos rápidamente para fijar mi vista en el cuerpo a mi lado noté a un pequeño de cabello obscuro, un bebé, desnudo y arrodillado junto a mi cabeza que al darse cuenta de mi mirada aplaudió con notoria felicidad pues una sonrisa se asomaba en sus diminutos labios.

No pude reaccionar durante un buen rato, no porque no pudiera, si no porque el despertar me entorpecía, volviéndome lento a más no poder, por lo que luego de una meditación con el entrecejo fruncido pude conectar varías línea de pensamiento, girando mi vista hasta aquella chica con mi expresión usual, una rebosante de fastidio.

—No me jodas, bien sabes que el mocoso es tuyo, no me vengas con mierdas y lárgate con él. —Ignorando en lo posible las pequeñas manos que buscaban tocar mi cabello me senté erguido en la cama, esperando ser obedecido, cosa que no pasó.

—¿Mío? ¡Es tuyo completamente! ¿En qué momento pude haberlo traído?

—¿Qué voy a saber? me importa una hectárea completa de ver-... Joder.. —Arqueando una de mis cejas sentí como el chiquillo, luego de llegar hasta mis piernas se subía en ellas luego de varios intentos fallidos, estirando sus regordetes e infantiles brazos en dirección a mi rostro mientras balbuceaba cosas incoherentes para cualquiera, mas lo ignoré y lo dejé a un lado, siendo testigo de como volvía a acercarseme con lentitud por su pequeño tamaño.

El ruido de la tela siendo arrastrada me trajo al presente y cuando aquella chica estaba a unos pasos de irse me sentí palidecer.

—¡Que te lleves al mocoso!—Nuevamente lo tenía sobre las piernas pero ni tiempo le di tiempo de acomodarse, simplemente lo tomé y lo dejé en la cama para levantarme