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•_Pov Jungkook_•

Contento me felicitaba en mi mente, manteniendo una sonrisa que tal vez delataba mi estado de ánimo.

Y es que, ¿Cómo no estar orgulloso? haber tirado a un tipo fuera de mi departamento como quien tira la basura un día cualquiera no había sido menos.

La fuerza que había adquirido con los años era grandiosa y la había demostrado espléndidamente.

¿Ser el que recibe significa aguantar a un tipo que me estaba metiendo mano teniendo justo delante a un niño?

Yo digo que no.

Y los músculos de mis brazos me apoyan.

Estaba en la parte donde un ramillete de flores me era obsequiado cuando mi imaginación fue cortada por un jalón en mi pierna, obligándome a detener todo y bajar la mirada.

El pequeño paliducho me observaba fijamente, como queriendo algo pero sin llegar a decirlo.

Veía sus pequeños labios temblar, como esforzándose en sacar las palabras de su boca pero sin lograrlo, sea cual sea la razón.

Y se veía tan tierno que tuve que pasar de hacer algunas preguntas, tales como: ¿Cómo llegaste aquí? ¿Cuál es tu hombre? Y, ¿Cuándo te pusiste una de mis camisetas?

Supuse que había estado demasiado ocupado echando al tipo de antes como para verlo hurgar en mis cajones pero se veía realmente adorable.

Había elegido una con estampado de osos, una que usaba cuando me daba la gana dormir con ella, y era tan grande para su pequeña anatomía que cubría completamente sus piernas.

Le quedaba como un vestido de novia, pues arrastraba la tela por el piso.

Lentamente me agaché para estar a su altura y conteniendo aquellas ganas de pasarle las manos por el pelo en una caricia cariñosa le sonreí para darle confianza.

Se veía tan pequeño, tan delicado, pero extrañamente familiar.

Tan malditamente familiar que mi cabeza estaba por echar humo de tanto pensarlo.

Esperé pacientemente aún estando sólo en boxers y cuando aquel pequeño susurro finalmente salió de su boca casi sentí que el corazón se me salía del pecho.

—Eche... D-de... Fesas...

Como una película vi a todos mis primos pequeños a los que cuidé a través de los años, pareciendo más que un pariente su hermano mayor, el cual se hacía responsable de ellos.

Limpiar rodillas y desinfectar heridas, preparación de comidas simples, lectura de cuentos por las noches, defensor de matones y muchas más cosas que debilitaban barreras invisibles en mi corazón y me hacían ver de una manera más dulce al pequeño delante de mí, pero tuve que concentrarme a los pocos segundos ya que el niño había comenzado a retorcerse con vergüenza, aparentemente intentando ocultarse dentro de la camiseta.

—¿Leche de fresas? ¿Es eso? ¿Quieres un poco?

Prestando atención al pequeño asentimiento del menor, el cual se aferraba a uno de mis brazos, le abracé cuidadosamente, siendo gratamente sorprendido al ser correspondido y un tanto más al sentirle escondiéndose en mi cuello.

Hubiera disfrutado de aquel gesto y apretado por un largo rato su pequeño cuerpo si no hubiera tenido un problema con su petición.

No tenía leche de fresas.

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⏰ Última actualización: Jun 08, 2019 ⏰

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1/4 De Alma 《YoonKook》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora