El preludio: Luna ascendente #Wattys2019

Rose: La noche blanca

11 meses después...

Emilie se estaba preparando según lo acordado, por lo que le habían dicho las mismas chicas, que participarían como ella a la Noche Blanca. Solo podía usar blanco y nada más inclusive la ropa interior, estaba bastante nerviosa pues hace tan solo unos meses no tenía idea de la existencia de este tipo de rituales y costumbres.

Ella sería una dama de blanco esa noche, y como había dicho Amanda representaba la pureza y belleza.

No le había dicho a Dimitrik que participaría en la noche blanca, y el tampoco ciertamente no le había comentado nada de su asistencia a esta. El cómo vampiro sabría mejor que los habitantes del pueblo, de que se trata la noche blanca. Pero o tan hermético como siempre se lo había guardado para él.

Pensar en eso la enfurecía, él era tan hosco y tozudo y la hacía rabiar.

Tomo un par de respiraciones profundas para calmar la rabia creciente y hacerla aun lado.

Empezó a frotar el aceite de lavanda y rosas por su cuerpo cuan Amanda abrió la puerta de su habitación sin avisar.

-¡Amanda! -Exclamo mientras se cubría en cuerpo desnudo con la bata de baño.

-Vine a ayudar- se excusó cerrando la puerta detrás de sí. -Aunque no esté de acuerdo con lo que estas apunto de hacer esta noche, soy tu amiga y voy ayudarte. Me sigue pareciendo que estas apunto de meterte en la boca del lobo y con eso, traer un millar de problemas pero- Ella sonrió con las palabras de Amanda, y los ojos de le humedecieron, estaba muy sensible y nerviosa esa noche - Sigo siendo tu amiga, y mi deber es apoyarte. Hasta en las locuras.

Y con esas palabras Amanda se puso manos a la obra, saco el vestido que Emilie había escogido para la ocasión del closet, y lo coló sobre la cama.

-Es hermoso Em -Dijo mirando el vestido, era sencillo pero precioso, la parte superior era de un tupido encaje que se separa un poco en las largas mangas, no tenía escote, algo que era primordial en para la ocasión, no podía ser indecorosa o se vería como una falta de respeto.

Saco la ropa interior del cajón junto al espejo de cuerpo entero y Amanda rio.

-No puedo creer, que en enserio hallas comprado las bragas de abuela.

Amanda se reía mientras Emilie se colocaba las bragas.

-Pues, son las bragas de abuela más sexy que veras -Dijo Emilie algo irritada, y en parte era cierto. Eran blancas por supuesto, de satín, y de los lados tenía una delicada tela que se transparentaba lo suficiente para ver su piel y el nunal en el hueso de su cabera, y por la costura de los borde de su trasero tenía unos volantes que le daban a la prenda un aire infantil, de inocencia. Las barjas eran altas, le cubrían el ombligo por completo y esa era la razón por la que Amanda le decía "pantis de abuela", se puso el sujetador a juego que era de la misma tela que se transparentaba con unos delicados bordados que apenas cubrían sus pechos.

-Ese sujetador si es ¡la bomba! - Emilie sonrió, el sujetador tenía un pequeño broche al frente para abrirlo y cerrarlo que lo cubría un lazo, a eso se refería Amanda cuando hablaba de que era una "bomba" siempre anda en busca de cosas que facilitaran el acceso a su cuerpo. -Me comprare diez de esos.

-Eres una pequeña zorra Amanda - Dijo Emilie, mientras se ponía las media pantis de liguero que le llegaban a la mitad del muslo.

- ¿Me dices zorra a mí, cuando tú eres la que va a la noche blanca? -Dijo Amanda con un fingido orgullo herido.