Capitulo 11

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Capítulo 11

_______________ soltó una carcajada y se quitó el móvil de la boca. 

- Te juro que he visto eso. – repitió Louis, al otro lado de la línea. 

Ella intentó relajarse y se acostó al lado de Eli en la cama. Volvió a apoyarse en el móvil y continuó.

- ¿Y era hombre?

- No lo sé. Pero te lo juro, no tenía polla.

______________ rio alto.

- ¡Entonces era mujer!

- Te aseguro que si lo hubiera sido, yo lo hubiera sabido.

- ¿Entonces…

- No lo sé. Pero me ha pedido el número y casi le golpeo. 

- ¿Y si era mujer?

- Sé reconocer a una mujer, nena.

- Tal vez no era de tu tipo. - ____________ sonrió y acarició a Eli a su lado, que tartamudeaba mirando a su madre, mientras esta le hacía muecas de vez en cuando. 

La historia de Louis y el hombre “desconocido” e inusualmente raro que se había topado con él hoy en un bar de Brasil, le había hecho reír bastante. Extrañaba esa parte de él. Le distraía tanto con tan solo su voz y sus historias. 

- Tienes razón. – Louis se quedó callado. 
Se sacudió el cabello húmedo con las manos y se miró al espejo. Sus ojos azules brillaban ante la poca luz. Estaba desnudo y solo con una toalla en el hombro. Y esto… de hablar con _______________... le hacía quedarse intranquilo. 

- ¿En qué? 

- En que no era mi tipo. A mí me gustan las mujeres como tú. 

Se relamió los labios y con la mano libre cogió la toalla que había en su hombro. La sacudió y la dejó sobre el lavador. Su mirada observó su cuerpo entero. En buena forma y nadie que pudiera tocarlo. Hace meses que no tenía un buen polvo con alguna tía nueva de Tentation. Y es que por una razón que a él mismo le costaba reconocer, estaba esperando tener ese buen polvo con una sola mujer. Una que estaba a muchos kilómetros de él. 

- Que romántico.

- No sabes cuanta falta me hace verte.

- Dime más, por favor. – bromeó ________________.

- ¿Qué te diga más? Te lo he dicho todo.

Maldita sea. Enamórate de mí.

Suspiró y cerró los ojos con fuerza ante su último pensamiento. ¿Era tan difícil? ¡Joder! Habían pasado dos años prácticamente juntos y no podía sentir nada por él. ¿Qué fallaba? 

Aun podía recordar la vez que había intentado follarla en el departamento de Atlanta. Habían estado tan cerca de hacerlo que volver a recordarlo le hacía entrar en calor… oh joder… 

- Dime que me extrañas y estaré ahí contigo. 

- No quiero que vengas. 

- ¿Por qué? – Louis enarcó una ceja, saliendo de su nada angelical fantasía…

- Porque no quiero que cambies tus planes por mí. Ya los has hecho por bastante tiempo.

- También estaría cambiando mis planes por mí. Mierda… es que no te haces una idea de cuánto las extraño a las dos. 

______________ sonrió enternecida y besó a Eli en la frente. 

- ¿Quieres hablarle? 

- Por favor. 

_____________ estiró el brazo, con el móvil en la mano y lo colocó sobre el oído de Eli. La pequeña escuchó atenta, tratando de coger el móvil.

- Es Louis, mi amor. – le hizo recordar _________________. 

- Hola preciosa. – le saludó este desde la otra línea. Y una sonrisa iba dibujada en sus labios. Esa niña era tan importante para él. – ¿Cómo estás?
Elizabeth sonrió al reconocer la voz de ese hombre que la había hecho reír tantas veces. Dijo algunas palabras enredadas y solo encontradas en su propio vocabulario.

- Dile a tu madre que está buena.

- Te he escuchado. – se quejó _______________.
Louis sonrió. 

- ¿Quieres que vaya contigo? Tú sí debes extrañarme. – le dijo enternecido a Eli, aun en el teléfono.

Elizabeth volvió a pronunciar palabras inentendibles, haciendo que ________________ se derrita al escucharla. 

- También te quiero. – respondió él, en un intento por interpretar las palabras de la bebé. 
________________ le quitó el móvil a Eli con tranquilidad, evitando que esta llorara.

- Creo que ella sí te extraña.

- Al menos ella lo hace.

- Yo también. De verdad… nos haces falta.

Él tragó saliva. Mierda. No, por favor. Si seguía iba a terminar por dejarlo todo por ella…

- Quiero hacerte una pregunta y respóndeme con la verdad ¿vale? 

- Vale.

- ¿Has visto ya a Liam?

_________________ cerró los ojos suavemente y los volvió a abrir.

- Sí. – admitió.

- ¿Cuándo?

- Hace tres días.

- ¿Y él… él lo sabe?

- No. Y por favor, no pienso decírselo todavía. Tengo mis razones. Si le digo alguna vez lo de Eli, es una decisión que yo misma voy a tomar. 

Louis se quedó callado.

- Será como tú quieras. – le dijo sintiéndose liberado.

A ______________ le sorprendió la respuesta. Al menos él era menos insistente que Agus…

- ¿Y ha pasado algo? 

- ¿Cómo qué? - _________________ se mordió un labio, rogando porque no preguntara más.

- ¿Se han… ya sabes, han… que reacción tuvo al verte? – dijo cambiando totalmente el sentido de su pregunta. 

- Él tiene novia ahora, Louis. Otra. Han pasado dos años y él ya tiene una vida aquí. 

Louis endureció la mandíbula. 

- ¿Estás bien?

- Sí. – mintió.

- Bueno. Eso quería, que lo estuvieras. Me tienes a mí, no lo olvides. – soltó aire en la otra línea y cerró los ojos… imaginando de alguna manera que la tenía junto a él otra vez. A ella y a su magnífica piel. A sus magníficos ojos y a su impecable boca que había deseado probar desde hace tanto tiempo. 

- ¿En qué piensas? – dijo ella contra el teléfono.

- En ti.

“En ti y en las cosas que podría hacerte si estuvieras aquí”

- Pues sigue así, Tomlinson. – sonrió y observó la hora en el móvil. – tengo que hacer dormir a Eli, ¿me llamas luego? 

- Sí preciosa. Cuando tú quieras. 

Relamió sus labios una vez más y visualizó a __________________ en la mente. Siendo ella quién mojaba sus labios. Quién le abrazaba. Quién le desnudaba completamente y quién lo tocaba de pies a cabeza. Solo ella podía tener el bendito derecho a hacérselo. No quería a ninguna otra mujer en su cama, a ninguna otra a quién follar, la quería a ella… a toda ella… con él, haciéndeselo duro y a la vez suave… salvaje pero sutil, como ella… en una mezcla entre lo bueno y lo malo. 

La quería a ella, para besar cada centímetro de su cuerpo y así poder sentir sus gemidos contra su boca. 
Maldición… esto podía con él. ______________ aún seguía al teléfono contándole un par de cosas más. Y él, desnudo, y en aquel baño personal, moría por tenerla ahí y acabar con todas esas sensaciones. 

- Hablamos luego, hasta mañana.

- Hasta mañana nena. – dijo colgando la llamada. 
Y volvió a cerrar los ojos. Imaginándosela… mierda… mierda… mierda… ¿llegaría el día en el que dejaría de satisfacerse solo y pudiera ser ella quién lo hiciera?

Temptation3 (Liam Payne)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora