Plan: 7 dias para confesarse

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Disclaimer.
●Los personajes no son de mi propiedad, son del anime Yuri on ice, de Mitsoruo Kubo y Sayo Yamamoto. Sin embargo, la historia desarrollada con los personajes sí me pertenece.
●Todos los derechos de autor para las imágenes utilizadas en la portada.
* Este es el borrador del borrador asi que puede tener fallas.


Para ti, que me enseñaste que el primer amor casi nunca es correspondido.
está historia va desde lo más profundo de mi corazón y aunque ya hallan pasado cinco años y no puedo olvidarte ni saber el verdadero motivo por el cual yo decidí enamorarme de ti, quizás tus grandes ojos o tu carácter tan neutro y tranquilo.

Para ti, que nunca leeras esta historia.

Para ti, mi amor imposible.

Mi amor olvidado....
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J

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— Acercarte... No muerdo —Dijo Viktor, tomando la mano del nipón con cuidado, seguidamente la llevó a sus labios y beso sus nudillos tiernamente unas tras otra vez. Su tono de voz era seductor, tanto que lograba enrojecerlo en segundos.

Subieron las escaleras, con calma, tomados de la mano. Yuuri miraba a todas partes sin comprender porque nadie se había dado cuenta de que subían a un lugar prohibido o quizá que se encontraba con Viktor Nikiforov, el codiciado ruso del colegio. Se sentaron en la última grada para mirar el cielo, era uno de esos días en los que el atardecer dejaba pinceladas de tonos rojizos y naranjas. Como una pintura en óleo que se difuminaba entre los diversos colores.

Yuuri se preguntaba que hacían esas gradas en medio del patio, por que fue en la tarde a clases. Estaba todo confuso en su mente, sentía la cara oleosa y un leve dolor de cabeza en el lóbulo izquierdo. No era un buen momento para encontrarse con la persona que le gusta. Definitivamente, no lo era.

Viktor lo miraba de vez en cuando, apuntaba a lo lejos contando experiencias y fracasos, mientras que Yuuri reventaba en vergüenza y sonrojo. La melodiosa voz de su amor platónico hacía que volará en el aire con alas de ángel e inevitablemente imaginarse así mismo como un cerdo volador. Era extraño que de un momento a otro Viktor le hablara, pero no perdería la oportunidad de seguirle la corriente o simplemente contemplarlo de cerca, aunque su rostro dé una expresión totalmente embobada, ridícula y algo pérdida.

Los ojos de Viktor brillaban, su sonrisa era la más contagiosa y su cabello bailaba con el aire. Ser observado por esos ojos agua marina eran la sensación más placentera que había sentido el japones. Ver la risa burlesca e inocente de Viktor para cuando sus mejillas enrojecían le enloquecían y lo avergonzaban aun más. Era un idiota, un idiota inocentemente rojo.

De repente el japonés sintió el frío apoderarse de su cuerpo, dejándole las manos frías y la nariz roja, sus mechas caían casi clavándose en sus ojos y luego eran retenidas al mismo tiempo por sus anteojos.

¡No puedo confesarme! [one-shot] BorradorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora