Último Deseo

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Liam se acomodó la camisa y se miró al espejo, sonriendo. Se pasó una mano por el pelo, intentando que se quedara en su sitio y suspiró. Era la hora. Miró sobre su hombro y sonrió más grande aún, sintiendo a su marido detrás de él.

—Te amo, mi vida. — Y sin esperar una respuesta salió de la habitación.

Tranquilamente bajó las escaleras de la casa y agarró sus cosas antes de salir y subirse a su coche. Con la misma tranquilidad condujo hasta el lugar de la celebración. Llegaba tarde. Debería haber sido el primero en llegar, pero le pidió a Harry que recibiera a los invitados por él. Necesitaba solucionar unas cosas antes de ir a la fiesta.

Una vez llegó al enorme descampado rodeado de árboles, aparcó en el lugar asignado y bajó del coche, suspirando una última vez antes de caminar hasta la multitud. Nada más verlo llegar las personas se acumularon a su alrededor, saludando, felicitándolo y dándole palabras de ánimo. Liam solo devolvía los saludos con esa sonrisa sincera siempre en los labios, agradecido por toda la gente que había asistido.

Con dificultad y parándose a hablar con alguien cada dos por tres, consiguió llegar al pie del pequeño escenario en el que una banda estaba tocando canciones ni tan tristes ni tan alegres. Quizás no las más adecuadas para la ocasión en opinión de muchos, pero Liam sabía que eran perfectas. Leyó el cartel que se encontraba desplegado entre dos árboles y se dio la vuelta.

Desde la esquina del escenario en la que estaba, buscó con la mirada a su mejor amigo, encontrándolo cerca de las mesas repletas de comida, hablando con sus padres. Se acercó a regañadientes, porque sabía que era su obligación.

—Buenas tardes —saludó cuando llegó junto a Harry.

—Liam, cariño. ¿Cómo estás? Esto es magnífico, te quedó genial.

—Muy bien. ¿Y ustedes como están? —Liam los abrazo apretadamente entre sus brazos.

—Mejor ahora. Bastante mejor, esto nos ha animado. Pero corre, no queremos entretenerte. Seguro que quieres pasártelo bien con tus amigos.

—Está bien —rió encantadoramente—. Cuando termine de saludar a todo el mundo nos sentamos y hablamos un rato tranquilos.

—Si, no te preocupes, hijo. —Liam se despidió y arrastró a Harry con él, buscando a sus otros dos amigos.

—¿Cómo estás, Li? —preguntó el rizado, pasándole un brazo por los hombros.

—No me puedo quejar, que quieres que te diga. Oye, ¿dónde están Louis y Niall? No los he visto.

—Lou estaba intentando que Niall no se comiera toda la comida. Seguramente estarán cerca de las furgonetas refrigeradoras discutiendo. —Harry señaló hacia un claro entre los árboles, por detrás del escenario.

—Vamos a buscarlos y a bailar y disfrutar un rato, juntos. Hace tiempo que no pasamos tiempo en grupo.

—¡Si! Venga, date prisa. —Liam se rió por la forma en la que brillaron los ojos verdes, y siguió al emocionado chico hasta donde estaban los otros—. ¡Louis, Niall! ¡Liam llegó! ¡Vamos un rato a bailar!

Los dos chicos de ojos azules que estaban discutiendo pararon y corrieron a abrazar al castaño, envolviéndolo en un fuerte y reconfortante abrazo que devolvió a gusto.

—¿Cómo estás, Li? —preguntaron los dos a la vez, haciendo reír a los contrarios.

—Chicos, dejen de preguntar. Estoy bien, de verdad. No se preocupen y vamos a bailar. Mi cuerpo pide movimiento.

Los chicos corrieron entre juegos y bromas hasta la pista de baile. El tiempo pasaba entre bailes, juegos, charlas espontáneas con todo el mundo e idas y venidas para coger algún aperitivo o bebida.

En un momento dado, en el que Liam estaba hablando con los chicos, sintió una penetrante mirada en su espalda, y se giró, chocando con unos profundos e hipnotizantes ojos miel. Sonrió con cariño y se volvió, siguiendo la conversación.

Ya estaba anocheciendo cuando las personas comenzaron a marcharse. Uno por uno, todo el mundo se despidió de Liam, agradeciendo por el magnífico rato. El simplemente les sonreía, diciendo que no era nada. 

Cuando ya por fin se hubo marchado todo el mundo, excepto los chicos, y los del catering estaban recogiendo para marcharse, fue cuando Liam se dejó llevar.

Se puso delante del escenario, mirando con un leve brillo de tristeza el cartel colgado entre los dos árboles, y sonrió, recordando. Una pequeña lágrima escapó de su ojo, haciendo todo su camino hasta el cuello de la camisa, por donde desapareció. Sintió un apretón en el hombro.

—Sabes que él lo quería así. Fue lo mejor que pudiste hacer. Él estaría feliz ahora de ver cómo te lo pasaste.

—Lo sé, Lou. Pero no puedo evitar estar algo triste, al fin y al cabo, ¿no?

—No, Li. Estás en todo tu derecho. Solo quería decirte que lo hiciste bien. —Louis dejó un beso en su frente y lo dejó solo con sus pensamientos.

—Adiós, mi amor. Sé que tú lo querías así, espero no haberte defraudado. Te amo. —Sonrió una última vez y siguió los pasos de Louis, después de volver a leer la pancarta.

Zayn Javaad Malik

12/01/1993 – 26/09/2016
Fiel hijo, hermano, amigo y esposo.
"La vida sólo es una, vívela."
Descansa en paz.

Último Deseo - ZiamWhere stories live. Discover now