Capítulo 1.

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Enero 1, 2011.

Caminar por los pasillos de el centro de rehabilitación "memorial" era una de las cosas más deprimentes que podía hacer, pero no tenía más que hacer.

Era año nuevo y mi mamá había "olvidado" venir a visitarme, aunque eso estaba bien, no quería que nadie me viera, no así.

Mientras recorría el lugar mi mente viajaba muy lejos de este lugar, ¿cómo estarán Jesy y Leigh? Ellas tampoco han venido... Seguramente mi mamá se los ha prohibido.

Por un segundo me detuve a mirar a través de la ventana, la cuidad aún estaba repleta de esa nieve blanca y fría que tanto amo, por un momento pensé en salir y disfrutar de ella un rato, pero tenía que llegar a tiempo al consultorio.

Camine tan rápido como pude y logre llegar a tiempo, en el escritorio una enfermera se encontraba anotando los nombres de los pacientes, el mío era el primero.

-Tome asiento Miss. Thirlwall, en un momento podrá entrar. -dijo con su característica voz suave, yo sólo sonreí e hice caso.

Minutos después me encontraba sentada frente a mi psiquiatra.

-Y bien Jade, cuéntame, ¿qué propósitos tienes para este año?

-Morir antes de que termine. -conteste encogiendome de hombros.

-Tu propósito no me agrada, pero agradezco que seas sincera. -tomó un respiro. -¿Haz hablado con tu madre?

-No.

-¿Haz salido a tomar airé fresco?

-Pensaba hacerlo después de salir de aquí.. Es decir, del consultorio. -ella asintió y me dedico una sonrisa, esta reunión no estaba aportando nada bueno a mi estado de ánimo.

-¿Qué hay sobre el sueño? ¿Haz dormido bien?

-Aún me cuesta mucho dormir, a veces pasó horas y horas intentandolo.

-Entiendo. -dijo mientras anotaba todo lo que le decía en su computadora. -Creo que es hora de cambiar tu medicamento. -yo bufe. ¿Medicamento nuevo? Pero aún no me acostumbro a los viejos.. ¡Tonterías!

-Doctora usted y yo sabemos que las medicinas no están curandome.. Esto no es necesario.

-Las medicinas sólo te hacen sentir mejor Jade... Aquí la única que puede curarte eres tú.

Después de eso la cita término, obviamente ella gano, tomaría medicamentos nuevos.

El desayuno hoy nos lo sirvieron en la terraza, mi lugar favorito.

Podía sentir la brisa rozar mi piel, algo que disfrutaba mucho, mientras desayunaba sola en mi mesa dos chicas se acercaron y se sentaron junto a mi.

-¿Tu eres Jade, cierto? -pregunto la castaña. Yo asentí.

-Yo soy Jasmin, y ella es Carol. -dijo señalando a la chica que estaba a su lado.

-Mucho gusto.

Ambas comenzaron a hablar de lo mucho que amaban desayunar en la terraza y que el clima estaba perfecto para mirar películas y tomar chocolate, yo sólo me dedicaba a asentir, este clima me ponía un poco nostálgica.

-Jade, ¿lo haz escuchado? -pregunto Jasmin.

-Disculpa, ¿qué?

-Te pregunte si habías escuchado el rumor de las chicas del castigo.

-No.

-Bueno, dicen que la policía ayer atrapo a dos chicas haciendo grafitis en las paredes de aquí, así que de castigo vendrán ayudar de manera "voluntaria" y si se rehusan pagarán una multa de 500 dólares.

-Wow. -en verdad yo nunca me enteraba de los chismes de este lugar.

-Eso no es lo peor de todo, una de las chicas es muy peligrosa, es muy conocida por tener muchos tatuajes y ser jodidamente hermosa, tal vez haz escuchado hablar de ella.

-Tal vez, aunque lo dudo... ¿Cuál es su nombre?

-Perrie Edwards.

-No. -negué con la cabeza. -Nunca he oído nada sobre ella.

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