Cumpleaños

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Disclaimer: Persona 5 pertenece a Atlus.

Comentarios: Historia basada en el tema "Bombas de baño", del día 12.

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Pronto Ren estaría de cumpleaños, así que el equipo decidió hacerle una fiesta sorpresa en Leblanc; aquel día, Akechi sería la encargada de distraerla durante una o dos horas y el resto se encargaría de comprar y preparar la fiesta.

Ren se extrañó al ver a una pequeña multitud de personas en la salida del instituto. Lo primero que se le vino a la cabeza fue que tal vez algún famoso pasaba por el lugar y fue atrapado por los jóvenes. Al pensar en ello, la curiosidad le picó y se acercó a mirar de quien se trataba.

Casi se ahoga al ver que se trataba de Akechi, a quien algunos la aclamaban por su atractivo y otros reprochaban por su actitud en contra de los Ladrones Fantasmas, en todo caso, fuesen halagos o críticas, se veía a millas que la joven estaba incómoda. Ren no dudó ni un segundo en colarse entre las personas y, cuando estaba cerca de la joven y ambas hicieron contacto visual, se acercó a ella rápidamente y, agarrándola de una mano, arrastrarla por el primer callejón que encontró, perdiéndose entre las calles de Aoyama.

Luego de correr lo suficiente, ambas se detuvieron y descansaron apoyándose en la pared, aún en los callejones, sólo por si acaso.

—Gracias por... ayudarme —dijo Akechi entre jadeos.

—No hay problema... —respondió Ren—. Es lo que una novia haría —agregó.

Como si el rostro de Akechi no estuviera lo suficientemente rojo debido al ejercicio de recién, con el comentario de Ren terminó por colorearse entero.

—Detente...

Ren rió divertida.

—Oh, pero estaba tan emocionada de verte en la entrada —dijo juntando sus manos, sus ojos brillaban más de lo normal—. ¡Es casi como un manga! Donde la novia de otra escuela viene a buscar a su enamorada.

—¡Si-silencio...! —exclamó Akechi, aún más avergonzada.

Ren se acercó a su novia, rodeando su cuello con sus brazos, acercándose hasta una distancia peligrosa.

—Estoy tan feliz, Akechi —susurró la joven, sonriendo.

Akechi había apoyado sus manos en la cintura de la chica. No estaba de acuerdo con las demostraciones públicas de amor, pero estaban en un solitario callejón olvidado en la gran ciudad, podía ser una excepción, ¿no?

Alrededor de las ocho de la noche ambas aparecieron en Leblanc, sorprendiéndose por el repentino saludo de todos.

Ren le agradeció a todos por la sorpresa y, con la sonrisa pegada en su rostro, disfrutó de la velada con sus amigos.

Pasado un rato, Futaba sugirió abrir los regalos que todos le habían traído a la joven, a lo que todos accedieron.

Todos se acomodaron alrededor de Ren, quien estaba sentada en una de las mesas del café. Fue abriendo regalo por regalo, pasando por el buzo de entrenamiento de Ryuji —con una invitación al gimnasio otra vez— hasta los granos de un café —de procedencia desconocida— por parte de Haru.

Cuando Ren abrió el regalo de Akechi, todos se sorprendieron gratamente, aunque no por mucho tiempo.

—Debo admitir que bombas de baño son un muy buen regalo —dijo Ann—. Yo las amarías, pero Ren...

—No hay bañera en Leblanc —comentó Futaba, ajustándose los lentes—, y usarlas en los baños de enfrente podría ser peligroso, divertido, pero peligroso.

Con cada comentario que hacían Akechi parecía cada vez más desanimada. Ren lo notó y quiso hacer algo al respecto.

—¡No te preocupes Akechi! —exclamó Ren con ánimo— Les encontraré un uso.

El resto, al notar que sus comentarios no habían sido los más apropiados, atinaron a disculparse rápidamente. Akechi, como respuesta, solo pudo devolverle la sonrisa y asentir.

Más tarde la fiesta finalizó, así que todos se retiraron del café. Akechi fue la última en hacerlo, a pedido de Ren.

—De verdad me gustó tu regalo. Muchas gracias —comentó Ren, tomando de una mano a Akechi.

—¿Incluso si es inútil?

Ren frunció el ceño.

—No es inútil. Sólo es... uh, inoportuno, creo.

Akechi suspiró, pero pronto sonrió, confundiendo a Ren.

—La verdad, mi regalo venía en dos partes —dijo la joven detective.

—¿Dos?

—Sí, dos —enfatizó la chica.

Akechi levantó su índice izquierdo.

—La primera parte eran las bombas de baño. —La joven levantó el dedo medio de la misma mano— La segunda parte es... una invitación a mi departamento.

Los ojos de Ren se abrieron de sorpresa.

—Allí podrás usar mi baño a gusto, si quieres.

Las mejillas de Ren se encendieron al instante. Su mente parecía trabajar a la velocidad de la luz.

—E-en tu baño... —comenzó a decir, algo tímida—, ¿hay... espacio para dos?

—Si nos juntamos bien, sí, habrá espacio.

Ren no pudo contener más la sonrisa y saltó a abrazar a Akechi, quien logró mantenerse en su lugar a pesar de la fuerza.

—Eres. La. Mejor. Novia —enfatizó Ren. Akechi sonrió.

—Hago lo que puedo —dijo Akechi.

—¿Podemos ir ahora? —preguntó Ren.

—Mañana tenemos clases. No sería prudente... —respondió la joven, pensativa.

Ren frunció los labios, haciendo un puchero. Akechi sonrió divertida.

—Mañana es sábado, si quieres puedo pasar por ti a Shujin y de ahí nos vamos a mi departamento, ¿qué dices?

Ren sólo pudo asentir rápidamente. Ese era un plan que le agradaba.

—Esperaré ansiosa a mañana —dijo sonriente.

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