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—No, no, esto es imposible. — Se repetía una y otra vez el Omega incansablemente, dando vueltas por toda su recámara.

Él Bien sabía que ese momento pronto llegaría, y llegó; así como bien estaba marcada la fecha en pincel rojo resaltante por el calendario.

"Celo"

Dean comenzó a hiperventilar, hundiéndose en la desesperación. Inhaló profundamente y esperó unos segundos para exhalar todo el aire acumulado, intentando calmarse momentáneamente.

Mierda, mierda y más mierda. ≈ Pensó Dean preocupado.

Simplemente eso no podía estar ocurriendo, es que era inaceptable. Simple y sencillamente NO podía estar pasando, no a él. Alumno Becado en una Universidad de Prestigio, vivía en un internado lleno de todo tipo de personas. Alfas, betas, omegas.

El problema sería más fácil si sólo fuese un internado de Omegas, pero no era así y para terminar la cosa. Dean compartía su habitación con un Alfa.

Debía comprar cuanto antes los supresores, sin embargo no podía. No, porque no contaba con los recursos para permitirse una de esas milagrosas pastillas. Había estado ahorrando para ese momento pero el dinero no le alcanzaba, una de las razones es porque sus padres aún no le mandaban el dinero del mes para subsistirse.

Y Dean no los culpaba, estaba consciente de la situación económica en que vivía, así que ese dinero ahorrado cambió su destino y lo utilizó todo para sobrevivir sano y salvo ese mes.

Estaba ingresando en un trance intentando hallar una solución lógica a toda su angustia, podría pedir dinero a sus padres de nuevo pero él bien sabía que no podrían dárselo y no querrían tampoco. Pues porque ''Deja de mariconear y búscate un Alfa, no me andes con sandeces como supresores."

Sólo quedaba la opción más común entre todos los Omegas de su edad, encontrar pareja y pasar con ella su Celo.

—¡No! ¡NUNCA! ¡Virgen hasta el Matrimonio! No, Virgen hasta ¡La muerte! — Declaró exasperado ante la sola idea de que cualquier Alfa o beta sarnoso profane su virginal y puro cuerpo.

Pasó alrededor de media hora con la vista clavada en ese calendario que le jodió el alma, intentando que por arte de magia, el número 17 remarcado con rojo cambié a otro mucho más alejado, a otro mes. NO, a otro año. NO, mejor NUNCA.

Rendido de intentar controlar el tiempo mentalmente desvió su vista del calendario. Se pasó la mano por su cabello, peinándolo hacia atrás estresado.

Ya bastaba con estar lleno de exámenes, ahorrar para comer, vivir en medio de pervertidos y ahora estar cerca de su Celo.

¿PORQUÉ A MÍ? ≈

Se tiró de lleno a la cama, estampándose boca abajo. Se escuchó como alguien abría la puerta, no podía ser nadie más que su compañero Wook.

Dean comenzó a patalear como un niño, ignorando la reciente llegada del individuo.

—¿Estas enojado con la vida? — Bromeó él. — Porque sí es a- Woah... — Se interrumpió él mismo con los ojos abiertos de sorpresa, los cerró un momento para olfatear el aire espeso y cargado de un aroma a Miel y Coco. Algo inusual.

—¿Acaso entrarás en Ce-? —

—¡Cállate! — Vociferó el Omega lanzándole una almohada al contrario antes de enrollarse infantilmente entre las sábanas.

La almohada que se impactó directamente en el rostro de Jeong, hizo que saliese de su estado embobado. Sacudió su cabeza eliminando todo pensamiento impuro, él se caracterizaba por poseer un control inhumano sobre sus acciones, y no caía en ninguno de sus impulsos carnales como todos los alfas. Siempre mantuvo a raya a su pecaminoso instinto, observó el pequeño bulto en la cama que se formó mientras Dean se escondía.

Rió para sus adentros y sólo le quedó intentar ignorar el ambiente cargado de fermonas del Omega, fue hasta su cama y se acostó pesadamente en esta.

Hizo como si fuera que la presencia de un Omega casi en celo, no existiese. Que en esa habitación sólo estaba él y su compañeros, como siempre.

Nada estaba fuera de lo normal, nadie estaba casi en celo, nadie estaba perdiendo el control, o sea. Todo estaba perfecto, como siempre el Gran y respetado Alfa de la institución Jeong Dong Wook, estaba completamente tranquilo, nada que lo alterase, nada que turbase su estado emocional, nada de nada.

Eso era lo que la mente del Alfa intentaba tragarse forzosamente.

Por otro lado;

Aiñ, su olor llega tan fuerte en mí, estúpido Imbécil esparce testosterona, alfa de mierda que no controla sus hormonas y me contagia a mí. Wook hijo de la gran-

Un gran suspiro largo y quedo fue liberado de parte del Omega, algo que no pasó desapercibido por el ajeno en ningún momento.

Wook agudizó sus sentidos, esperando el momento indicado para saltar sobre el Omega, esperaba una señal. Aunque bien sabía él que eso tardaría bastante, conocía muy bien a Dean como para saber que este iba a resistirse todo el tiempo posible.

Tenía grabadas en su mente las palabras típicas del Omega, 'Moriré Virgen.' 'No dejaré que ningún alfa o beta me toque un sólo cabello.' 'No soy ningún Omega desesperado.'

Palabras de las cuales el sólo se reía cada que las escuchaba, haciendo refunfuñar al Omega, porque según este "Hablaba en serio." y pensaba cumplir al pie de la letra todas sus frases.

Dean no soportó mucho tiempo estar cubierto por esas pesadas sábanas, así que las retiró, sentía el típico calor previo. Era normal pues hace un momento estaba hundido en telas de lana, o sea pf. Sentir calor no era producto de otra cosa más que haber estado un tiempo bajo mantas calientes.

—Wook... — Llamó el omega en un deje lastimero.

‡Fîvė $høŤ≠ [Penean] Yaoi† ≈Omegaverse» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora