"Está bien, aquí tienes" me lo pasas.
Tu mano roza la mía en el intercambio.
Siento escalofríos y nuevamente me sonrojo.
¿Esto es real? ¿No?
En el segundo del contacto con tu piel me di cuenta, de que la tienes muy fría.
¿Tienes frío?
¿Estás enfermo?
Te agradezco y salgo casi corriendo.
Doy media vuelta y estás mirándome, nuevamente.
Sonrío.
Estás mirándome.
Finalmente, me miraste.