Capítulo I-Carta inesperada

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             Bajo la penumbra de la noche, Ryoma caminaba por las calles de New York con destino a su casa, acababa de terminar un encuentro amistoso de tenis callejero con unos tipos qué había conocido entrenando y se sentía agotado, ansiaba llegar a casa a darse una fría ducha para sacarse el sudor.

             Había pasado cerca de un año y medio desde que se había ido a América, si bien solía viajar a menudo debido al tenis, en esos momentos no se encontraba haciendo nada en particular, ya que no tenía nuevos tenistas que vencer, los encuentros en el Open habían terminado y sólo se dedicaba a entrenar en su tiempo libre. Su madre había contratado a unos profesores para que hiciera exámenes libres y no fuera necesario asistir a una nueva escuela, ya que aún no tenían claro si se quedarían en América definitivamente o si volverían a Japón, era un completo misterio.

            Luego de girar la cerradura de su casa, Karupin lo sorprendió en el pasillo, dándole la bienvenida. Acarició su lomo mientras se quitaba los zapatos, si bien América no tenía la costumbre de hacerlo como en Japón, su madre solía exigirles que las siguieran, suponía que era para no traicionar sus propias tradiciones, por lo que se colocó sus pantuflas azules. Cuando se disponía a subir a la escalera, Nanako corrió hacia él impidiéndoselo.

— ¿Qué ocurre? —Suspiró, mientras bajaba otra vez.

—Ha llegado otra carta de Japón. —Sonrió entregándole un sobre. —Ten.

—Thank you. —Le agradeció sin detenerse a ver el destinatario, de seguro eran sus amigos otra vez.

Tras subir las escaleras para dejar su bolso y la carta, tomó una toalla qué había junto a su recamara y caminó rumbo a la ducha, después tendría tiempo para leer la carta, ahora su prioridad era otra. Una vez que salió de la ducha y se puso el pijama, se acomodó en su escritorio para leer la carta mientras se secaba el cabello con una toalla. El sobre era distinto a los otros que recibía, teniendo un diseño en particular que le llamaba la atención como si se tratara de una chica, quizás Momo ya no tenía de los otros sobres, pensó y se atrevió a abrirla.

"Querido Ryoma-kun

Ha pasado un tiempo desde la última vez que te vi ¿Cómo has estado? Espero qué bien. Siento curiosidad sobre cómo son los estudios en América, he leído que les exigen aprender Alemán y español ¿Es realmente así? Aunque pensándolo bien, no debe ser complejo para ti adaptarte, considerando que viviste gran parte ahí.

Aquí nada es lo mismo sin ti, todos extrañan tu presencia e...incluso yo. Me había acostumbrado a verte cada día, ya sea durante las clases de la mañana, como en las prácticas en la tarde. Además el Seigaku que conocíamos quedó en nuestros recuerdos, ya que el de ahora es muy distinto a lo que era. Como debes saber Momo y Kaoru-Sempai se han vuelto los nuevos capitanes del equipo y ha sido realmente duro para ellos, debido a la falta de liderazgo que hay entre ambos. El ex capitán ha intentado ayudarlos después de la Universidad, pero a veces no hay tiempo suficiente para ello.

Supongo que producto de esto, es más complejo que regreses a Japón ¿no? considerando que ya no podrías entrenar en el club como antes, salvo estando a cargo de ellos. Por ello, te escribo esta carta para que escuches todo lo que siento por ti, teniendo en cuenta que es posible que nos volvamos a ver nuevamente.

Ryoma-kun siempre te ha admirado por cómo eres, siempre te esfuerzas al máximo en todo, dando tu propia vida por el tenis, yo más que nadie sé lo qué harías por ese deporte. Dicen que uno no nace con dones, sino que se desarrollan en el tiempo, pero yo no creo en eso, ya que tú si naciste para jugar tenis. No te podría decir que no te veo en otro, porque también he sido testigo que tienes habilidades para muchos, como es el caso del ping-pong, derrotando incluso al chico más fuerte de Seishun. Eso también admiro de ti, cuando no sabes algo o careces de conocimientos, te gusta investigar hasta perfeccionarlo, yo en cambio creo que me rendiría sin haber persistido en ello.

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