Unico

Confesiones y arrepentimientos bajo la luna llena

Un chico de cabello rojo y verde con ojos rojos usando una sudadera roja, camisa blanca pantalones verdes, googles, un pendulo y zapatos rojos junto a un chico de cabellos azules con amarillo y ojos azules, camisa manga larga blanco con rayas azules, pantalones grises y zapatos azules corrian siendo perseguidos por una manada de lobos, las ropas estaban ragadas y maltratadas, ambos se detuvieron en frente de un risco.

Yuya miro a su hermano con preocupacion mientras fueron rodeados por los lobos, ambos estaban heridos y canzados despues de haberse defendido de algunos lobos, Yugo los miraba con puro odio, pues habian matado a sus padres, ellos debian pagar, y el oji carmin lo sabia, pero realmente no le gustaba la idea de matar, nunca lo habia hecho, sabia que se rebajaria a su nivel.

A Yugo le enceñaban a luchar mientras que el pelirojo atendia la casa como su madre, aunque no era muy feliz, Yugo cuando cumplio 8 empezo a tratarlo mal, insultandolo y a veces golpeandolo.

Ahora que sus padres habian muerto, Yugo hacia todo para protegerlo despues de que uno de los lobos le mordiera el brazo a Yuya, el oji rojo retrocedió hasta que su espalda chocara contra la pared del acantilado.

Demonios, ahora si no tenian escapatoria.

O eso creyeron.

Oyeron un par de rugidos, Yuya se escondio detras de su hermano al ver como un par de dragones desendian del cielo, uno de ellos era morado y otro era morado, sin embargo, tenia marcas azules metalicas en su cuerpo, ambos desendieron hasta quedar al frente de los dragones, algunos lobos retrocedieron mientras que otros avanzaron.

Uno de ellos uso su magia para controlar las plantas y capturar a los que iban a escapar, él otro creo relampagos antes de azotar a los que estaban cerca de ellos, Yuya se cubrio los ojos apenas oyo los huesos crugir, el trago en seco al oler la sangre y algunos chillidos.

Oyo una burla de uno de ellos "Por favor ¿que clase de dragon eres? Deberias estar acostumbrado a matar para defenderte, no portarte como un cobarde" Yuya se destapo los ojos para ver a un par de chicos, sorprendentemente tenian la misma cara que ellos, pero no parecio importarle a ellos, en vez de eso, ellos los miraban serios, uno tenia cabello morado con rosa y ojos fucsia, usando una ropa militar morada con una capa roja, pantalones blancos y botas negras con detalles blancos y el otro tenia cabello negro con violeta y ojos grises usando una camisa abotonada verde oscuro, una capa negra, usando una gargantilla, muñequera negra, pantalones negros y zapatos negros.

Él oji rojo miro hacia abajo, no respondiendo, "Ustedes dos han causado muchos disturbios fuera de nuestra aldea, incluso alguno de ellos se fueron directo a ella" las lagrimas aparecieron en los ojos de Yuya pero este simplemente no dejo verlas.

"Ustedes no son los unicos afectados, nuestros padres estan muertos por culpa de esos lobos!" les prostesto Yugo, apretando los puños y las mandibulas.

Yuri bufo antes de decir sin molestarce en pensar en los sentimientos de los otros dos "Debieron ser muy debiles como para perder contra ellos, los matamos de un solo golpe" Yuya apreto los puños al oir eso, odiaba que hablaran cosas malas de sus seres queridos.

"NO ES CIERTO" les grito Yuya con lagrimas en los ojos, él sabia muy bien que sus padres estaban cansados, ya que su trabajo era luchar con otros mounstros en las arenas para ganar dinero, Yugo por otro lado habia ido a cazar para traer la cena.

"Ahora, no hables de más, niño, yo no fui el que se quedo parado alli como un cobarde" Yuri le escupio con una sonrisa cinica, Yuya bajo la vista, ya queriendo llorar por lo inutil que se sentia.

"Yuri, ya es suficiente" dijo el oji gris, severamente, viendo como el chico empezaba a llorar en silencio. No soportaba la conducta cinica de su compañero, se dirigio a Yugo que miraba a su compañero con mucho enojo, poniendo una mano en el hombro de su hermano. "Aun asi, causaron disturbios y el que causa problemas a nuestra aldea debe pagar las consecuencias," Yugo solo fruncio el ceño, antes oir hablar a Yuya