Capítulo 1

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Había llegado tarde a su primer día de escuela. Al entrar al salón Alan no pudo evitar prejuzgar a todos y encontrar los clichés del salon. Excepto en una persona, una chica. Se veía igual de destrozada que el y lo único que hizo fue fingir una sonrisa, raramente los puestos al rededor de ella estaban vacíos, nadie se le acercaba hablar, ni a ella ni a él. El profesor no había llegado aún, así que lo único que hizo Alan fue acercase al puesto que estaba al lado de la chica misteriosa, sentada en la esquina trasera del salón.
- No hay ningún otro puesto libre- dijo Alan intentando disimular su timidez y sus intereses en la chica ojerosa- Soy Alan- dijo extendiendo el brazo.
- Soy Camille- dijo ella con un ligero tono de arrogancia en su voz.
Posteriormente Alan se sentó intentando buscar un tema de conversación para romper el silencio incómodo que se había formado entre los dos. En este momento, pudo fijarse mejor en los rastros de Camille. Medía aproximadamente 1.53, era pálida, tenía unos hermosos ojos cafés acompañados con ojeras, pestañas y cejas pobladas; un liso pelo negro y un flequillo que ocultaba su frente, tenía el pelo por los hombros; en su cara pudo notar unos labios grandes pintados con un curioso labial púrpura oscuro. Vestía con un suéter de color grisáceo con un escrito que decía "FUCK YOU" en el; con este tenía un mono negro pegado en sus tobillos. Era extremadamente flaca, casi al punto de ser anoréxica; sus ojeras hacían notar que sufría de insomnio o que se quedaba todas las noches leyendo, tenía pinta de ser lectora, también llevaba unas botas de color negro.
- te gusta mucho el color negro, no?- dijo con un tono de sarcasmo y nerviosismo difíciles de detectar.
- veo que a ti también- aquel comentario por parte de Camille era muy cierto, el también vestía de forma parecida a que iba a ir a un funeral- tenemos algo en común.
En ese mismo instante llegó el profesor. Todo el mundo se sentó e hizo silencio.
- veo que ya te has integrado- dijo el profesor mirando al fondo del salón, todas las personas voltearon a mirarlo- preséntate- de forma tímida se levantó de su puesto y caminó hacia el frente del salón
- Me llamo Alan Stiles, un placer conocerlos- Camille no pudo evitar escapar una risa entre dientes un poco burlona.
Alan ya no supo que decir y simplemente se quedó parado.
- Puedes retirarte- dijo el profesor; una sensación de alivio recorió el cuerpo del adolescente, era un muy mal comienzo, pero fue a su puesto.

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