Al regresar a su puesto no hizo más que preguntar a Camille en voz baja que materia daba el profesor.
-literatura- le respondió. Alan no supo si sentirse bien o mal, bien porque le gustaba la materia o mal porque el profesor ya lo odiaba.
Se notaba que el profesor tenía cierto favoritismo por Camille. También que el resto de las personas eran insoportables e ignorantes, haciendo como si el mundo girara al rededor de aquellos cabellos rubios teñidos o del chico popular novio de la porrista de su equipo. Clichés, puros clichés.
Alan tuvo bastante suerte al encontrar alguien diferente y con quien hablar, alguien culto; o al menos eso pensaba de Camille. Lo cierto es que el es muy prejuicioso y tal vez la primera idea que tuvo de la chica ojerosa fue una idea errada: alguien en quien confiar. Alan no podía asegurar esto, pero sabía que en el fondo del oscuro corazón de Camille había un toque de bondad. Al mismo tiempo, esa arrogancia y sarcasmo que siempre tenía a la hora de hablar habían hecho que Alan se interesara cada vez en la chica ojerosa.Alan no podía creerlo, estaba empezando a enamorarse.
Enamorarse era una de las cosas prohibidas para Alan. Pero el aún no estaba seguro <<tan pronto? El amor requiere tiempo, no?>> se repetía algo nervioso.
Él siempre se preocupaba de las cosas antes de tiempo, él tenía que ordenar sus prioridades. Pero, era algo imposible para alguien tan inseguro y al mismo tiempo imprudente.
***
La clase acabó luego de varios sucesos sin mucha importancia y conversaciones que hacían que nuestros protagonistas se vayan conociendo.
— ¿tienes hermanos?— le había preguntado él en una ocasión.
– seh...– suspiró, como si la idea de tener hermanos no le gustara— dos menores...
A Alan tampoco le agradaba la idea de tener hermanos, con unos padres sobre protectores era más que suficiente.
– ¿y son buenos?– preguntó preocupado.
Camille intento disimular una sonrisa.
– define bueno– le respondió.
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Secrets
RomanceAlan. Un chico ojos verdes que hacen contraste con su pelo oscuro, muy extraño y rechazado por la sociedad. El odiaba el amor. El se autolesionaba. Cuando sus seres queridos descubrieron aquello no encontraron otro remedio que cambiarlo de escuela c...