Única parte.

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GOLDEN DAYS GGAD.
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┏━━━━━━•❃°•°•°•°❃•━━━━━━┓❝Dejemos que el amor permanezca,y juro que siempre te pintaré días dorados

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Dejemos que el amor permanezca,
y juro que siempre te pintaré
días dorados.
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Summer of 1899.

Sin duda alguna, el granero en el cual se encontraba no solía ser su lugar favorito... en realidad, Albus lo había aborrecido por una cantidad considerable de tiempo, quizás porque su hermano menor era quien se había ofrecido a atenderlo en esas últimas semanas. Lo peor no era eso, lo peor era que siempre hacía de las suyas, incluso, el mayor de los hermanos Dumbledore se atrevería a decir ante cualquier persona que su hermano Aberforth cambiaba de lugar las cosas que utilizaban para la limpieza la mayoría de las veces... o tal vez, simplemente lo hacía cuando Albus era el encargado de atenderlo (sabía que siempre prefería no usar magia en esos casos, quizás por eso lo hacía).

Un suspiro abandonó sus labios, era una mezcla de cansancio y frustración. Había durado gran parte de la tarde ahí, pero al menos estaba orgulloso del trabajo que había conseguido en el lugar. Cualquiera estaría celoso por tener un granero así, o al menos era el pensamiento divertido que quería que llegara a su mente, en un intento de dejar de lado que gracias a su trabajo había tenido que cancelar su reunión con Gellert Grindelwald: el sobrino de Bathilda Bagshot, su compañero en la búsqueda de las reliquias de la muerte, su buen amigo... y su amado.

Al joven mago todavía le costaba trabajo procesar todo lo que había ocurrido en ese poco tiempo desde la llegada de Grindelwald al Valle de Godric. Apenas un mes había bastado para que todos sus sentidos se encontraran dispersos, haciendo su corazón latir con rapidez cada que ese muchacho rubio se posaba ante él con aquel porte elegante y aquel acento que en un principio le había costado descifrar, pero que ahora era capaz de reconocer a la perfección.

Las cosas habían ocurrido tan naturalmente entre los dos, con más prisa de la que ambos hubiesen previsto; no obstante, ninguno de los dos se arrepentía de aquellas sensaciones y aquellos sentimientos que causaban en el otro.

Para Albus aún era imposible de creer, incluso parecía algo surrealista cada que podía mencionar para sí mismo que Gellert era su amante. Todavía recordaba la primera vez que lo había observado: aquella manera en la que había quedado abismado por el día y la noche pintados en sus ojos, y por aquella maravillosa manera que el chico tenía de ver el mundo y el cambio que era capaz de ofrecer. Dumbledore se encontró cautivado por los discursos de su compañero, ese sentir de determinación que tenía Grindelwald por querer formar un cambio.

𝗚𝗢𝗟𝗗𝗘𝗡 𝗗𝗔𝗬𝗦 | grindeldore.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora