el comienzo

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Yo era un niño normal. Vivía en una posada cerca de helgen, el pueblo en que nací. Mi vida era tranquila, cada día veía gente nueva... Pero no todos los que vienen son buenos. Un día como otro cualquiera vino un grupo de unos cuatro bandidos
—hola, ¿en que puedo ayudarles?— dijo mi madre
—de acuerdo, vamos a hacerlo facilito vosotros nos dais todo vuestro oro y nosotros no os matamos
—ni lo sueñes, ¡los guardias se enterarán de esto!
—pero bueno, ¿a que vienen esos modales?- dijo uno sacando su espada amenazante.
—¡atras sucio bandido, no te vas a llevar nada o te ensartaré como un pincho de skeever!- dijo mi padre empuñando su manodoble de hierro.
A partir de esto la cosa se puso fea. Los otros bandidos sacaron sus espadas y hachas y se lanzaron hacia ellos. Mi madre cogió sus dos dagas de acero y se preparó. Yo, que estaba mirando desde mi habitación, aproveche para escapar. Salí por la puerta, llamé a migas, mi perro, y cogí un hacha de leñador para defenderme. Pero uno de los bandidos, un elfo del bosque, me capturó rapidísimo mientras hundía su hacha en el cráneo de migas. Mas tarde salieron los otros tres bandidos.
—bueno pequeñin, parece que vas a ver las prisiones del fuerte de unos bandidos.
Entonces uno de los bandidos, al parecer un bretón, quemó la posada y la redució a cenizas
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Saludos a:
Luna_imvernal

la fria skyrimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora