"Por favor... Por favor ayudame; necesito tu ayuda, por favor...".
No paraba de decir lo mismo una y otra vez. Lloraba, eso es seguro; casi podía ver sus lágrimas frente a mi, cayendo desesperadas, en busca de alguien que la salve de tan complicada situación. Se oía uno que otro quejido y tos al otro lado de la línea, lo cual, según mi experiencia, avecinaba después otra torrente de llanto y desesperación glutural acompañada de más mocos. Siempre tengo razón.
"Alexander, por favor... Estoy mal, enserio mal... Necesito a alguien yo-- Por favor Alexander..." Volvió a repetir la pobre Emily; la triste, sola, pobre y desesperada Emily.
"Emily, ¿cómo demonios podría ayudarte?"
"Alex yo-- Yo solo-- Necesito que vengas Alex, necesito a alguien, necesito felicidad. Eres mi único ami--"
"Ya va ya va, espera; por favor dime que no ibas a decir exactamente lo que pienso que ibas a decir.""¿Qué? Yo--"
"Ibas a decir que soy tu único amigo, ¿verdad?""Pero, Alex, es la verdad-- Eres mi único amigo."
Tengo que admitirlo: ¿esa última oración? Me costó años de paciencia. Años, casi una década de paciencia. No me malentiendas: conozco a Emily, por lo que tengo bases sólidas para creer lo que creo; no necesito explicarte más, pero si unas cuantas cosas a ella.
"A ver, Emily. ¿Porque te encuentras mal el día de hoy?"
"¿Porque haces como si no te importara?... ¿Que te hice?"
"Tu a mi, nada. Solo que, me molestan las niñas malcriadas como tu".
"..."
Por breves segundos, logro algo que ni siquiera un Dios podría haber conseguido en toda su lamentable "vida" como entidad omnipotente e inmortal: detener este lamentable torrente de lágrimas y desespero, y brindarme mi mismo unos preciados segundos de paz. Gracial al señor.
"Te lo pongo así" Dije. "Tu... Eres increíble. No, no me malentiendas; eres increíblemente infantil. Te conozo, Petters, y eres del tipo de chica que todo lo tiene en la punta de la lengua y al alcance de los dedos: naciste con medidas del cuerpo perfectas, naciste con dinero, con amigos, con popularidad, estilo, sentido del humor, gracia. Te la pasas entrenando constantemente para tus torneos tan clichés de porrismo; al regresar a casa te quitas tu bonito uniforme de porrista frente al espejo para verificar que tan sexy te ves al quitarte la ropa, luego ves una película romántica en la TV mientras jugueteas con tus dedos meneandolos entre si, para luego, buscarme a mi."
"..."
"Como dije, luego de ver tus películas románticas clichés y de muy mal gusto me escribes fascinada y conmovida por lo maravillosa que es la vida del cine y lo MUCHO que te gustaría ser una actriz llena de seguidores fama y seguridad pero, ¿sabes que?" Dije, quedandome sin aliento.
"La vida jamás será como tu crees. Nunca."
Puedo escuchar un breve suspiro de su parte... Casi doloroso.
"Lo empiezas a sentir, ¿no? Estamos en último de preparatoria, y la vida te depara lo mismo que a todo triste adulto en su mera vida sin alguna clase de emoción o excitación, sin ninguna clase de compromiso o clase y una novela triste de amor que te durará varios meses antes de que los problemas comiencen a surgir otra vez."
"... Yo..."
"¿Sabes cual es la probabilidad de que consigas una relación feliz, duradera y real hoy en día? De hecho, yo mismo me responderé y aprovecharé a responderte esa pregunta, con OTRA pregunta: ¿Tienes idea de cual es el índice de relaciones que terminan por no sentirse cómodos con sus parejas, hoy en día? El 93% de ellas."
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Something to
Teen FictionNo apta para cualquiera. Alexander, un joven de 17 años de edad con la vida destrozada y llena de experiencias, lucha constantemente contra la sobreaceptación y la felicidad desmedida de los demás, llevándolos a ver el mundo desde un punto de vista...