Capitulo I

425 56 8
                                    

Naruto escucho de Shikamaru, que Sasuke había llegado a la aldea un par de horas antes. Aún no había ido a verlo; no había ido hasta su oficina en primer lugar como era su costumbre. Según sabía se encontraba merodeando por la aldea. Estaba impaciente, Sasuke había tardado más de lo esperado en regresar esta vez, necesitaba hacerle saber que lo había extrañado, sin verse obligado a decírselo directamente.

Los sentimientos que tenía hacia Sasuke siempre fueron muy confusos para el, aún ahora cuando había ganado su respeto, le resultaba muy difícil dirigirse a él, decirle lo que pasaba por su cabeza directamente, acercarse lo suficiente para sentir su aroma, aún sentía en su estómago esa ansiedad que sabía sólo él le producía, tal como cuando eran niños, porque desde niños había querido acercarse a él, rodear su brazo por ese cuello pálido, juntar sus frentes para poder descubrir los matices de sus ojos negros, pero jamás se tuvo la suficiente confianza para acercarse demasiado, más de lo necesario, y entonces sus peores miedos se hicieron realidad y él se fue, y se a ido una y otra vez, no ha sido capaz de encontrar la forma de retenerlo a su lado, de sostenerlo entre sus brazos.

Un poco divertido pensó en cómo llamar su atención, creo tres kage bunshin y los mandó a la aldea. Los aldeanos estaban acostumbrados a encontrarlo por ahí, o por lo menos a sus clones, así que confiaba en que no llamaría demasiado la atención, pero su mente no era así de simple, no podía simplemente aparecerse frente a el y ya, tenía que convencerlo de su necesidad de verle, así que subió la apuesta y cada uno de sus clones adoptó una forma diferente de él mismo.

El primer clon se transformó en un niño de seis años de edad, era él mismo, llevando su camiseta blanca con el remolino en el estómago, causo un par de estragos en la aldea, las mismas travesuras que solía llevar a cabo en esos años, hasta que lo encontró, lo vio venir por una de las calles de la aldea, caminaba solo, frio, concentrado en algún pensamiento. Luego de tumbar por equivocación un canasto con frutas, el dueño de la tienda salió enojado gritando su nombre ¡Naruto! Y batía en sus manos un trapo con el que hubiera podido golpearlo si hubiera salido a tiempo, pero el alboroto logró su cometido, Sasuke ahora lo veía correr hacia él, abrió sus piernas y levantó su capa cuando un divertido y enano Naruto se deslizó por el suelo buscando escapar del regaño que lo esperaba. El aldeano confundido se rasco la cabeza, teniendo en cuenta que no podía haber sido Naruto, él mismo era ahora el Hokage de la aldea, pero hay estaba el pequeño niño corriendo a botes tratando de perderse en la vista, Sasuke aturdido también se perdió en su búsqueda, seguro de que no lo había imaginado, el pequeño niño travieso de pelos rubios y marcas en el rostro no podía ser otro más que el.

El clon desapareció y Naruto desde su oficina sonrió divertido al ver tal expresión en el rostro de su amigo.

Un segundo clon un poco más grande fue hasta la academia, pues allí supuso que se dirige Sasuke, se sentó tranquilo sobre el columpio a esperar que el mencionado apareciera. Minutos después lo vio llegar, Sarada se acercó a saludarlo en cuanto lo vio, pudo ver que Sasuke adivino su presencia entre los árboles, sentado en la diminuta tabla, una sonrisa socarrona aprecio en sus labios, y Sasuke llevando a Sarada de la mano se acercó a él, sacudió sus cabellos en un gesto cariñoso, el infantil Naruto no pudo más que sonrojarse y Sarada sin saber quién era aquel niño le hizo un gesto de desagrado al ver que recibía tal trato de su padre.

— En un rato voy usuratonkachi.

— Tu y yo ahora, juro que ahora si te venceré.

Naruto sostuvo su bandana como lo hiciera en aquel tiempo, recordando que el primero en reconocerlo no había sido otro sino el propio Sasuke.

— Naruto, tambien quiero pelear contigo.

Sarada confundida se alejó al lado de su padre, que sonreía casi imperceptiblemente. Naruto aburrido estuvo a punto de deshacer el clon, cuando un Sasuke de su misma edad apareció al otro lado del enorme patio, no bastó sino que sus miradas se cruzaran para que el corazón le palpitara como en su tiempo lo había hecho, Sasuke le estaba siguiendo el juego. El clon desapareció y un tímido Naruto no supo si proseguir con su jugarreta o dejarlo hay.

El tercer clon tomó forma también, solo un par de años antes, la imagen que tenía para cuando conoció a su padre, cuando iba de aldea en aldea buscando salvar a su mejor amigo. Camino por la aldea cerca de la oficina del hokage, adivinando que Sasuke estaría ya en camino a verlo, divisó su figura sobre uno de los tejados, pero no era el Sasuke de ahora, era el mismo que había encontrado en la guarida de Orochimaru, tres años después de abandonarlo, del mismo modo, tal como lo haría aquel día, Sasuke bajó y se acercó... mucho.

— ¿Por qué estás tan impaciente? —Naruto oculto su rostro sin saber que decir— Naruto, ¿por que insistes en buscarme?

—No he logrado que te quedes a mi lado. — sonrió, esta vez no era necesario tener miedo— sabes, esta vestimenta que llevas, no crees que es muy provocativa. —deslizó un dedo por su vientre— Pensé eso mismo en esa ocasión.

Sus ojos se encontraron de nuevo, la mirada de Sasuke le provocaba, sentía el calor aumentar en sus mejillas, en la parte baja de su estómago.

— ¿Te gusta?

Los ojos de Naruto se abrieron como platos, obvio que le gustaba, pero como decirle que había tenido sueños húmedos con él mientras imaginaba resbalar por sus hombros la estorbosa prenda que no dejaba mucho a la imaginación. Pero Sasuke poseedor del sharingan leyó en sus ojos sus pensamientos, en el palpitar de su corazón. Sasuke en ningún momento corto el agarre, al contrario, se acercó más a él, a su oído y susurro por lo bajo.

— Tu… —si Naruto se había decidido a hacerlo porque no dejarse llevar el también entonces— tú también te veías muy bien, tus ojos, anhele durante esos tres años poder verlos, fue difícil dejar de mirarte.

Naruto giró el rostro y sus labios casi se tocaron, pero ambos clones desaparecieron. El Sasuke real apareció por la puerta de su oficina y Naruto desde su escritorio no supo qué decir, su pequeño jueguito lo estaba llevando a un lugar del que no había reversa.

— Tardaste.

— No pensé que fueras tan impaciente. Pero me alegra que por fin llegarás a tu límite.

Naruto se levantó de su escritorio y se acercó a Sasuke, cerró con cerrojo la puerta tras él, el atardecer se dejó ver a través de los enormes ventanales de su oficina, el cielo rojo invadió la habitación. Ya habían cumplido sus sueños, sus metas, qué más daba si se permitían un poco de pecado.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 23, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Clones temporales Donde viven las historias. Descúbrelo ahora