El origen

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Hace miles de años se llevo a cabo una lucha que cambio el curso de la historia. Aquella pelea se hizo atraves del tiempo y espacio durante siglos. Todo empezó cuando al que se conoce hoy en día como Lucifer, el ángel caído, en su momento el mas valiente guerrero de Dios, vio la verdad. Aquí hay que hacer un inciso. Los conocidos Arcángeles son los que cumplían las misiones más difíciles encargadas por el mismísimo Dios. Ellos no estaban en una jerarquía exacta, por eso no se les puede atribuir un sitio. Su existencia era conocida solo por Dios y nadie más, pero habían otros 7 que eran los que todos conocemos: Miguel, Gabriel, Rafael, Uriel, Raquel, Sariel y Remiel. A ellos se les dio el nombre de Arcángeles, lideres de la humanidad, para ocultar la realidad de lo que ocultaba tras incontables misiones secretas llevadas a cabo por el grupo secreto. Así que de ahora en adelante cuando nos refiramos a los Arcángeles, no dirigiremos al grupo formado por 5 de los mejores guerreros de Dios. Ellos carecían de sentimientos, a priori. Sus únicas misiones era llevar a cabo todo lo que su señor les pedía. Entre los 5 Arcángeles se encontraba Lucifer, el más fuerte guerrero, mejor estratega y uno de los mismísimos hijos de Dios. Se decía que el solo podía combatir contra los otros Arcángeles y salir victorioso del encuentro. Pero a él no le importaba toda aquella pura palabrería. Aunque el siguiera las ordenes de su señor odiaba su manera de actuar por encima de las civilizaciones que creó. Nunca le daba razones de peso, siempre sus órdenes eran de matar o desterrar y por encima de todo, parecía no importarle. Odiaba su forma de hacer las cosas. Le parecía descabellado, arrogante, antipático y por encima de todo, orgulloso. Así que durante mucho tiempo planeó como matar a los Arcángeles y luego poder desaparecer, para así poder cargar fuerzas. Sabía que no sería fácil ya que ellos contarían con la ayuda de Dios. Pero de repente lo entendió, supo exactamente lo que tenía que hacer. Un día se reveló contra todos los Arcángeles. Aunque el les podría hacer frente, ellos contaban con una fuerza mandada desde arriba. Después de siglos batallando sin descanso, en un final Lucifer fue desterrado al mismísimo infierno, pero se llevó por delante a los 4 Arcángeles que protegían a Dios. Exacto, su plan salió perfecto. Ahora tenía una eternidad de tiempo para poder descansar y volver más fuerte. Ahí es cuando las historias se empiezan a torcer, cambiándolas y enredándolas de mil maneras. Lucifer estuvo durante milenios gobernando las entrañas del infierno, y toda alma que acababa ahí, estaba condenada a vivir un sufrimiento eterno. Esto es lo que dicen los libros de historia, pero nuestra historia, la realidad, da un giro argumental bastante interesante. Él se dio cuenta que su poder cambiaba. Las alas se le volvían negras, por la falta de luz pura, que trasmitía el cielo, y cual el infierno carecía de ella. La regeneración que tanto deseaba se le estaba complicando. Su cuerpo ya no era el mismo. Por culpa de haber sido desterrado, se iba debilitando, cada vez más. Eso era por un detalle que no tuvo en cuenta. Aunque su poder y apariencia cambio, su fuente de energía era la misma, la luz pura. Estuvo durante siglos pensando cómo podría recuperar su energía, como regenerar todo lo que había perdido en aquella lucha. El era conocedor de toda información existente, y gracias a eso podría idear un plan, un plan que no tenía buena pinta, pero era lo único que tenía. Los seres humanos estaban hechos de luz pura, y gracias a eso, tenían capacidades regenerativas asombrosas. El problema era que sus cuerpos no eran capaces de albergar tanto poder. Dicho de otra manera, no podía utilizar a los humanos como recipientes, pero había una manera, una peligrosa, pero no tenía otra opción. Por más tiempo que pasaba, más débil se sentía. Se dio cuenta de un pequeño detalle, el alma. Aunque es cierto que los humanos no podrían jamás soportar tanto poder, el alma si que podía. Cada cuerpo tenía un alma predestinado, pero si podría lograr cambiar su alma con la de un ser humano, sería capaz de recuperar su poder. Aun así, Dios podría verlo todo, y en cuanto lo intentase, automáticamente iría a por él, y todo su plan quedaría disuelto. Revisando sus memorias encontró algo bastante interesante. La fusión de almas. Las almas fusionadas son indetectables, ya que dejan de ser puras, pero si que mantienen todas las características. El problema era que no podía fusionar su alma con la de un humano, no podría aguantarla, pero la mitad sí. Ya supo lo que tenia que hacer. Era peligroso, pero podría funcionar. 

La vengaza de Lucifer, el ángel caídoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora