La alarma del móvil sonó a todo volumen. Como pude manoteé sobre el colchón a ciegas tratando de encontrarlo y callarlo, sinceramente creo que perdí más de 5 minutos en realizar esa tarea, tiempo necesario para perder ligero interés en seguir durmiendo y darme cuenta de la realidad del asunto. Siete con cinco, ya era tarde, de nuevo. Con este ya iban tres días consecutivos en la semana que me dormía de más y por ende, agarraría el transporte con retraso. Me levanté como pude de la cama, dirigiéndome al baño inmediatamente, en menos de dos minutos ya me encontraba tomando una ducha y casi todo parecía marchar perfectamente, digo "casi" por el simple hecho que dentro del baño perdía la noción del tiempo, podía parecer que apenas hubieran pasado un par de minutos cuando en realidad llevaba mas de media hora metido sin hacer prácticamente nada mas que filosofar sobre asuntos intrascendentes y dilemas existenciales, no importaba el esfuerzo hiciera por tratar de evitarlo, al final siempre terminaba tardando demasiado, ya había intentado de todo, desde poner música para medir el tiempo, hasta poner la alarma, todo sin resultado favorable.
Cuando por fin terminé y me digne a salir del baño me di cuenta que en definitiva, no iba tarde, iba tardísimo con un atrasó que ni Dios Padre me quitaría el retardo en el trabajo. Me puse lo primero que encontré en el closet (afortunadamente tenía ropa limpia y presentable), realicé mi pequeña rutina matutina que consistía en preparar un poco de café exprés, cepillarme los dientes y "peinarme", justo para salir en el menor tiempo posible en dirección a la parada del servicio colectivo.
Me aseguré de cerrar todo bien con llave y llevar lo necesario, para poder iniciar mi carrera contra el tiempo, y exactamente agarrar el transporte de las siete cincuenta, añadiendo el hecho que de mi casa al trabajo eran fácil unos veinte minutos de camino, afortunadamente la parada quedaba a dos cuadras de mi casa. Llegué casi sacando el bofe y a penas tuve dos segundo para reponerme antes de notar que efectivamente, el transporte de las siete cincuenta se dirigía hacia mí, agradecí en silencio a Jehová, Odín o quien fuera necesario por ese milagro e hice la seña correspondiente para que se detuviera. ¿Coincidencia de la vida? El tan deseado colectivo iba completamente vacío, no sabía si tomarlo por el lado amable o dejar que la ansiedad y desesperación hicieran acto de presencia en mi ser. Si bien me molestaba un poco cuando se sobrecargaban que apenas y cabía un alma e ir sin pasaje podía ser una de las mejores cosas de la vida, eso implicaba que fuera a una velocidad mas lenta de lo normal con el fin de conseguir pasaje. Elegí un lugar cercano a la puerta y pagué el pasaje correspondiente, y maldita suerte. El transporte colectivo se caracteriza por ser un transporte para personas de clase media, sin lujos y muy sencillo, teniendo como imagen representativa el típico chofer con barriga caguamera, calvo, de unos cuarenta años cuyo sello personal se reflejaba en que tan adornado tendría el tablero del vehículo, variando desde telas afelpadas hasta adornos de piolín, sin olvidar el oh distintivo y único aroma de aromatizante de pino mezclado con el olor a carro recién lavado, sin pasar por alto las bocinas que sobresalían por debajo de los asientos, en las cuales típicamente sonaba alguna cumbia mañanera. Creo que todo mundo estaba acostumbrado a este panorama, incluso yo, que a decir verdad no era de mi total agrado. Por primera vez en la vida tardé mas de un minuto observando al conductor del colectivo, muy pero muy alejado del estereotipo, si bien no era calvo ni gordo, y mucho menos era un cuarentón, era todo lo contrario. A lo mucho tendría tal vez la misma edad que yo, vestía una playera negra manga corta que dejaba ver a la perfección la gran gama de tatuajes que adornaban su brazo derecho, gafas para el sol (que en ese momento era casi inexistente pero que seguramente en unos cuantos minutos sería mas perceptible), tez blanca, abundante cabellera color marrón ligeramente larga con un toque ondulado, y una sensual barba que sin duda lo hacia parecer mas grande de lo que correspondía su edad. Me quité los audífonos. Nunca en toda mi vida lo había hecho en el transporte público, ¿acaso era Guns & Roses sonando a todo volumen en el aquel estéreo?, creo que no había disfrutado tanto un viaje al trabajo en mucho, mucho tiempo, cerré los ojos esperando olvidarme de las preocupaciones del tiempo, una sonrisa se formó en mi rostro.
"Todo lo que necesitamos es un poco de paciencia", La música seguía tocando.
Desvíe la mirada hacia otro lado, de seguro él ni siquiera se había dado cuenta de lo mucho que me pasé observándolo. Por la ventana pude observar lo típico de ese día, miles y miles de globos, corazones por doquier, ramos de rosas desbordando en los cruceros y chocolates a más no poder, ridículos, me causaba alergia ver todo eso, agradecía que fuera una vez al año, después de todo ¿qué tenía de bueno el catorce de febrero?, solamente era un pretexto mas para generar ventas, welcome to the jungle estaba en turno, cerré los ojos nuevamente.
Juro que solo lo hice por un par de minutos, fue en ese instante cuando sentí una mano posarse sobre mi hombro mientras me sacudía brevemente. -Oye, disculpa, ya llegamos a la terminal- mis ojos se abrieron al escuchar aquella voz, estaba seguro que no era la primera vez que lo hacía. Por la más anciana de mi casa. Me había quedado dormido, estaba en saber donde a quien sabe cuánta distancia de mi trabajo, al cual estaba claro ya iba tarde, cuando por fin se re conectaron mis neuronas me di cuenta que el chofer bonito de la combi era el causante del zarandeo. No dije nada, ni siquiera podía reaccionar bien.
Esa voz. No recordaba en donde la había escuchado pero algo en ella me resultaba completamente familiar. Al bajar del vehículo me di cuenta que efectivamente, me encontraba en la parada de colectivos, a unas dos colonias de distancia de mi trabajo y a unas diez de casa. Cerrar los ojos, brillante idea. Definitivamente ya no era un día perdido, un día menos de sueldo. Mire a todos lados y me percaté que el chico bonito se encontraba sentado en la banqueta de enfrente, fumando un cigarrillo tranquilamente, fuera de eso no había algún otro "conocido" para preguntar por alguna referencia.
-¿De casualidad no sabes cuál es el siguiente vehículo en salir?- alzó el rostro cuando escuchó mi pregunta, solo para después regresarla a su antigua posición, se había quitado las gafas, pude apreciar el intenso color azul de sus ojos. -La 020, aquella de la izquierda- giré un momento hacia esa dirección para ver la unidad y cuando volví a girar me encontré con la sorpresa de que ahora él era el que me estaba viendo. -¿Nos conocemos?- su pregunta me descoló completamente. -No lo creo, ¿habría por qué?- respondí, bastante tonto de mi parte considerando que en serio el chico se me hacía lindo. -¿Ben? ¿Benjamin Bruce?- Mis ojos se abrieron como platos, sabía mi nombre, sabía quien era, mas yo no tenía la más mínima idea de quien era él, si bien había algo que me resultaba familiar, no pasaba más de eso.
-Si ¿y tu eres?- soné un poco cortante, no era mi intención, simplemente así lo era cuando no conocía a nadie. -¿En serio no me reconoces?, vamos hombre ha pasado tanto tiempo, mírame bien, recuerda este mismo día hace diez años- las lágrimas casi se me escaparon, recuerdos, muchos recuerdos pasaron por mi mente, era imposible. Sin decir más me aventé encima de él, ambos nos fundimos en un abrazo, sentí como sus brazos me rodearon mientras yo hacía lo mismo con los míos, maldita sea San Valentín. De repente sin más ni más una de mis manos se convirtió en un puño lanzándole un fuerte golpe en el hombro.
-¡¿En donde chingados te habías metido, Daniel?!, ¿quien demonios te crees para irte sin decir nada, regresar y no buscarme, idiota?- me miró, no dijo nada solo se volvió a sentar en la banqueta y me invitó a hacer lo mismo, lo hice, el trabajo se podía ir a la mierda en esos momentos.
-No tuve opción, dejar la ciudad, dejarte a tí no fue algo que quise, solamente pasó mi madre se fue a vivir a otro lado y yo con ella, quise decirte algo pero no pude, paso todo muy apresurado, cuando regresé quise buscarte, pero al pasar por tu vieja casa y no encontrar nada asumí que te habías ido a otro lado, tu eras mi vida Benjamín, ¿Acaso crees que fue fácil renunciar a ti?- no supe que decir ante eso, Daniel fue la personas más importante que tuve en muchos años, era mi mejor amigo, fue mi primer y tal vez único amor, fue mi todo y lo perdí, me perdí, todo cambió con su partida, me volví frío y amargado, y justamente ahora en un día lleno de ridiculeces sin sentido lo tenia de vuelta ¿Qué haces cuando el huracán que te destruyó por completo es el único que puede reconstruirte?
-¿Recuerdas hace diez años?- asentí con la cabeza. -Fue el último catorce que pasamos juntos- respondí. -¿Recuerdas como te hice sentir?- sonreí, lo odiaba, juraba que lo odiaba. Solté una risita -Como una jodida colegiala enamorada- ambos reímos por lo bajo. -La 020 ya se va ¿No ibas a tomarla?- alcé la vista. -No, prefiero irme en la tuya, al fin que ya no iré al trabajo- soltó un bufido como respuesta, -¿Quien lo diría? Ben Bruce se convirtió en un fabuloso Godín- le mandé una mirada de odio -¿Quien lo diría? Danny Worsnop terminaría siendo chofer de un transporte colectivo- me dio un ligero golpe en el hombro. Ambos nos quedamos en silencio un buen rato, solamente disfrutando de la compañía, maldito San Valentín, creo que no me había sentido tan bien en un día de estos desde hacía diez años.
-¿Danny?- murmuré -Dime-
-¿Prometes nunca mas irte, insecto asqueroso?- una sonrisa se formó en su rostro ante mi pregunta -Lo prometo engendro del demonio, y si lo hago, esta vez será contigo- respondió. Ambos habíamos cambiado, tanto física como mentalmente, están seguro que las cosas serían diferentes esta vez. Al parecer sería un interesante día de San Valentín.
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Febrero (Brusnop)
General Fiction¿Qué haces cuando el huracán que te destruyó por completo es el único que puede reconstruirte? ¿Qué pasa cuando el amor de tu vida regresa a ella? Brusnop. (Ben Bruce/Danny Worsnop)