una historia de tres chicos, ninguno unido por sangre, pero que a lo largo de sus vidas se han vuelto hermanos, ya que encontraron una lugar al cual llamar "hogar", el cual era cualquier lugar con tal de que esten juntos.
esta no es una historia com...
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La soledad, es el sentimiento que más odio y que mas me aterra, tengo miedo de quedarme solo, detesto esa sensación de no tener nadie en quien confiar, pero aun cuando aquello es a lo que más temo y lo que más odie, también es aquello que me siempre estuvo conmigo.
ya que toda mi vida me eh sentido solo...
la primera vez que mi corazón se sumergió en la soledad fue a los 4 años, ni siquiera sabia bien que era la vida cuando esta misma me arrebato a alguien importante.
aquella noche era fria y oscura, me encontraba durmiendo cuando unos ruidos que provenían de la entrada me despertaron, tome a mi oso de peluche "nunu" en brazos para luego levantarme, cuando fui a la entrada de la casa vi a mi padre con una maleta, con un gran abrigo y colocándose los zapatos, yo me acerque y con una leve voz pregunte
-¿papá?, ¿que haces?-
mi padre se altero y con una mirada de miedo me miro, yo sin entender mucho me le quede mirando, el hizo señas para que guardar silencio, yo como niño inocente hice lo que quería, luego entre susurros me dijo
-kana-chan... papá tiene que salir por un tiempo, pero regresare en un par de día, no le digas nada a mamá ni a tus hermanos, ¿ok?-
al ser un niño no entendí lo que decía, pero así mismo, al ser un niño no quería estar lejos de mi padre, en ese momento un dolor punzante invadió mi corazón, no dije nada, mis labios no se movían ya que mi padre había dicho que guardara silencio, luego de unos momentos, al ver que lagrimas iniciaban a brotar de mis ojos, me dio un abrazo, fue uno de los abrazos más dolosos de mi vida, pude observar como de los ojos de mi padre también corrían unas lagrimas, luego me dio unas palmadas en la cabeza, abrió la puerta y antes de salir me dijo
-kana, por favor, se fuerte, cuida de todos mientra papá no esta, y nunca te olvides de mi, recuerda: yo te amo, y siempre lo haré, porque eres mi hijo, pero, esto lo hice por necesidad... cuídate kana, y adiós...-
-p-papá....-
mientras el decía estas palabras solté a mi oso, y extendí mi mano con la esperanza de poder atraparlo, pero como agua entre mis dedos se fue, cerro la puerta y yo me quede llorando toda la noche, esa vez no me moví de la puerta por un día entero, luego por una semana constantemente miraba la puerta, luego de un mes, cada vez que podía la miraba, pero así pasaron los meses, y mi padre... nunca volvió.
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