Miro por la ventana de la camioneta en la que me encuentro. Mientras observo un auto rojo bastante demacrado y con la chapa corroída me doy cuenta de que la sensación que tenía en los abdominales bajos ha pasado hacia mi entrepierna. Cualquier inconveniente y adiós a lo poco de dignidad que me queda.
Un bache inesperado en la carretera queda cerca de ser ese inconveniente. Aprieto la vejiga.
- Cuánto falta?
- Dos horas- Dice mi tío
Palidezco, luego me doy cuenta de que se refiere a nuestro destino, suspiro
- ¡Para llegar a la estación, bestia!
- Aaah, no sé... 5 minutos, quizá?
- Cinco minutos.- repito hacia mis adentros- solo aguantá cinco minutos
Mientras observo el campo de un verde claro, pero relleno, pienso para mis adentros
- "Hoy me mudo. De país. Solía vivir en Argentina, pero hace dos meses sucedió la catástrofe que iniciaría el torbellino de incertidumbre que es mi vida hoy en día. Hace dos meses, al salir de el liceo, enojada por un injusto siete en el examen de Música, me encontré sentada en la dirección, con dos policías a mi derecha,. Se imaginarán que no entendía absolutamente nada. Luego de unos dos minutos de miradas incómodas, me soltaron, sin suavizante ni compasión, la bomba: "Joven, tenemos que llevarlo a la comisaría. Su padre es traficante." Cocaína. Dos años mi padre había traficando cocaína en secreto. Fueron dos dolorosas semanas de interrogatorios cada tres días. A mitad de diciembre llegó mi tío, con su novia. Buena gente. Según él, había venido para apoyar a mi madre con los gastos, y para estar conmigo, todo mientras que a papá lo sacaban de la cárcel provisional para llevarlo a juicio y que, en el mejor de los casos volviera a casa. Pero yo sabía que si mi tío se venía desde Montevideo hasta , era porque papá ya tenía el caso perdido.Mientras apoyo mi cabeza sobre la palma de mi mano y me dispongo a algún día entender por qué rayos la vida da tantas vueltas inesperadas, suena la alegre voz de mi tío
- ¡Estamos llegando!
Por fin.
Me bajo y salgo corriendo hacia el baño, en mi desesperada carrera veo la gran estación rutera, de colores azul y amarillo. Las luces ya están prendidas y la luz de el cielo favorece al color azul. Se puede observar un lugar de descanso para camiones a la derecha. Leo de el nombre de la estación de servicio. "Ancap".
Entro al baño hecha una turba y hago todas mis necesidades. Al acabar me voy a las manos reparo en el aspecto del baño. Diaj. La única luz que funciona, tintinea, y las paredes están sucias y rayadas. Hay que ver lo que escribe la gente: "JHonnY tE ámO no Me dEjeS" firmado "VerONík". Y mencionaría otras, pero el resto de las aclaraciones contienen (todas) por lo menos una obscenidad. Me encuentro, en la pared del fondo, con una pelea de maldiciones y amenazas. Muy extensa. En resumen, "Tyffani", había golpeado a "Micahela", y "lA yenifer" (todas las veces que aparece su nombre (cinco), aparece escrito así) se enojó. A partir de ahí empieza la pelea, en donde lA yenifer le promete a Tyffani que le va a "volar el novio"... Y la cabeza. De un balazo. Tyffani la amenaza con su primo mayor y con sus amigas. Luego de una larga sarta de insultos y palabras tan mal escritas que parece a propósito, uno de los contraataques de lA yenifer queda súbitamente cortado por la mitad, y la letra termina en un rayón. Salgo del baño preguntándome dos cosas.
¿Que habrá pasado en esa última arremetida que quedó por la mitad? Y ¿Quién rayos va 9 veces al baño en una estación de servicio en medio de la nada?
Al salir me encuentro a mi tío apoyado contra una valla de tablas gruesas y muy cuidadosamente pintadas con protector color caoba. Armándose un tabaco, con dos helados en la mano. Se lee "sanguche helado Conaprole" en el dorso de los plásticos, me ofrece uno con el cigarro, aún apagado, en la boca, acepto con gusto el helado. Estos días estoy muy antojada de dulces. Nos dirigimos hacia la Chevrolet. Que tiene. Paga por la nafta, le da su helado a mi tía y prende su cigarro
- Estamos cómodos?- pregunta mi tío
- Sí- respondemos a coro
Arranca. El ruido del motor es grave. Suave, pero poderoso, y la leve vibración recuerda a una mecedora e incita al sueño
Al tener todo el cómodo sillón de atrás para mí, me recuesto con mi mochila abajo de la cabeza, para poder ver hacia atrás mientras como mi helado. El cielo está hermoso, las nubes esponjosas pero en poca medida, el sol ocultándose tras de nosotros, y los tonos de colores imposibles de recrear que van ascendiendo por el oeste. Que van desde un amarillo pálido hasta un Violeta oscuro, pasando por el naranja y un increíble lila. Y descendiendo por el este, van desde el violeta al celeste, pasando por el mismo lila.
Miro al paisaje, las líneas blancas de la ruta resaltan sobre la grava gris oscuro, donde los focos de los autos ya reflejan sus luces. A ambos lados, en el horizonte hay pequeños cerros, que posan sus largas sombras sobe los campos de distintos verdes. En un momento pasa un rebaño de vacas que están pastando. Veo un joven ternero dando pasos inseguros entre los demás.
Dirijo mi mirada una última vez a el sol ya poniente, que está de un color salmón, mientras se oculta entre los cerros...
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Cambio, Que Mas Queda?
Teen FictionUna chica de 17 años se ve obligada a irse con sus tíos a Uruguay después de que su padre cayera preso