Prologo

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- ¿Esta encendido? Oh si - se aleja de la cámara - Es el intento número 60 del comunicador temporo-espacial. Después del desafortunado caso del numero 59 tuve que reconstruir el modelo haciéndolo un 40% menos inflamable de lo que era. Según mis datos a las 16 horas se dará inicio al intento numero 163 del prototipo, comencemos.

Se acerca a una mesa encendiendo el aparato cuando de improvisto alguien entra a la habitación - ¡Gumball! ¿Que haces? ¡Sal de aquí!

- Perdón Anais, pero podrías ayudarme con esto - decía el peliazul luchando por atarse una corbata.

- ¡No, Sal ya! - le grito Anais. Gumball vio que el aparato sobre la mesa estaba empezando a hacer sonidos extraños y un aroma a caucho quemado hizo que se alarmara a un más.

- Ah Anais - le dijo señalando el objeto la niña se dio la vuelta - ¡Anais! - grito Gumball abrazando a su hermana protegiendola de la explosión.

Una luz enceguecio a ambos y al final una fuerte explosión se escuchó. La pequeña abrazo con fuerza a su hermano y cuando pudo abrir los ojos sintió un enorme peso encima.

- ¿Gumball? ¡Gumball!

Anais vio el cuerpo de su hermano en el suelo pensando lo peor, pero respiro aliviada al escuchar al mayor removerse en el suelo.

- Gumball - la niña se arrodilló preocupada en el suelo - Dime ¿Cuántos dedos ves?

- ...¿Triangulo?

- Gracias al cielo estas bien.

- Si, claro y... ¿Tu quien eres?

- ...

- ...

- Gumball soy yo Anais, tu hermana - le dijo pensando qué tal ves estaba jugando con ella.

- No, es imposible Anais esta viendo ahora mismo Daisy sobre hielo en la sala, pero tu... te pareces de cierta forma a ella, tienes un aspecto como de videojuego o como en Dragon Ba- Se miro así mismo. - Yo... ¿Donde estoy? ¿Que esta pasando?

Dijo el mayor levantándose del suelo y empezando a tocar su cabeza y brazos.

- Este no soy yo ¿Por que me veo tan tercera dimensión? Sabía que no debía leer tantos mangas ayer, esto es una pesadilla, sí, debe ser.

Anais se alarmó al escuchar esto.

- No quiero asustarte, pero creo que no estás para nada cerca de casa.

- ¡Que! - Gumball le miró asustado - Ah ya sé, es una broma, que risa, pero no es gracioso ahora ¿Como me quito este disfraz?

- No estoy bromeando; mi máquina, debió ser ella, pero no entiendo.

- Vamos Anais, ya basta de bromas.

- No bromeó Gumball, tú creo que estás en otra dimensión.- le dijo con total seriedad- Gumball te ves algo pálido ¿quieres sentarte?

- Si me quiero sentar. - dijo sosteniendo su cabeza sin comprender.

- Bien, puedes sentarte en mi cama, yo- Gumball terminó de lleno en el suelo. - Rayos.

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