Otra Vez

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Cada día que pasaba, se hacían mas presentes los mareos, las náuseas. Pero aun era soportable. No quería decir nada no quería preocupar a mi madre, así que omitía contarlo.

Pero las nauseas se presentaban una y otra vez.

Solo rogaba porque no fuera nada grave, así que siempre me acompañaba algún fármaco para aliviar las náuseas y el mareo.

En el colegio tu te me quedabas viéndome fijamente, a tal punto de tener que esquivar la mirada, para no sentirse intimidado.

Incluso en el tren tus ojos se clavaban en mi, con preocupación.

Que podías ver que los demás no veían. Porque nunca decías nada y te quedabas callado sin decir una palabra.

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