Querido Profesor. [hot]

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Inician las clases. Es aburrido.
Más cuando entraré en un salón distinto al que ya estaba acostumbrada. Igual mis amigos, mis profesores, mis costumbres.

Eran aproximadamente las 8:30 de la mañana. Me tocaba clases de literatura... llegaría temprano está vez. Nueva escuela, nuevas mañas.

Entre al salón, nadie me presto atención, no había un profesor, todos estaban como dormidos en sus teléfonos. Las chicas desprendían olor a perfume erótico, sus faldas eran cortas y escotes pronunciados, los chicos vestían atractivamente.
Yo en cambio vestía con un Jean un poco desgarrado y una camisa de hombros al aire libre. Nunca use tacón así que lleve unas tenis de esas que venden en cualquier tienda y hace que las chicas se vean como de películas bien clichés.

8:45 a.m, la puerta se abrió, un joven con camisa blanca y manga larga, pantalones negros y zapatos tenis entro.
Todas las mirados se fijaron en el, todos buscaron sus respectivos lugares y el salón permaneció en silencio.

-Buenos días clase.

-Buenos días señor Farrier.

¿Entonces el era el chico popular y de buena plata que hay en todos los clichés? ¿O realmente por fin en mi vida he conocido un profesor bien buenote?

-Este día haremos algo en especial. Hay una novela romántica con puntos eróticos que quiero que lean. Por favor necesito seriedad para este tema.

El camino por el salón, repartiendo los libros alumno por alumno. Llego a mi mesa, ni siquiera me miró, me dio el libro y puso su mano en mi hombro. Un escalofrío sobre paso mis poros. Sus manos eran tibias y anchas. Inmediatamente pensamientos no adecuados se vinieron a mi mente. ¿Y si esas manos taparan mi boca, mientras llegó a un orgasmo?... desperté de mis pensamientos cuando quito su mano de mi hombro.

Así pasaron las horas, todos leímos el libro, letras y letras. Ya estaba al punto de la locura. Ya entendía el por que todas venían bien arregladas y perfumadas. El es el tipo de profesores que toda chica quiere en su vida.

Era hora de la salida, recogí mis cosas y fui a casa... y pensar que tengo que verlo cuatro días a la semana.

Entre a casa, puse las llaves sobre el sofá, junto con mi bolsa y mi móvil. Como lo sospechaba, papá y mamá no estaban.
Fui al refrigerador, no había nada que se me antojara. Entonces salí a caminar, y tal vez a comprar en algún puesto de la calle...

Había viento, no fuerte, pero si presenté, cruce las calles llenas de personas que regresaban a sus casas luego de un día de trabajo.
De repente algo tropeso conmigo.
Alce la mirada, un chico de estatura al menos...  ¿1.76? Algo alto para mi ya que mi estatura es 1.54, cabello rubio, no fue lo que esperaba. Pensé que pasaría como en esos romances de las películas pero no. Lo único que salió de su boca fue un "Ten más cuidado, mira donde caminas"

Como si fuese sido únicamente mi culpa, gran estúpido.
Llegué hasta un puesto de comidas rápidas. Ordene una porción de arroz frito junto con un vaso de refresco.