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𝐀𝐃𝐕𝐄𝐑𝐓𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀: En este fanfic se abordan temas sensibles para algunos. Por lo tanto, es únicamente para mayores de edad. Todo es ficción y no pretende romantizar ningún tipo de violencia o tema delicado. A partir de aquí, sí lees es bajo tu propia responsabilidad. Sí te incomoda, puedes retirarte.

 Sí te incomoda, puedes retirarte

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-¿Llevará algo más? -preguntó amablemente al cliente que tenía enfrente, mientras pasaba los artículos por el lector de código de barras y luego los depositaba en una bolsa de plástico con el logo de la tienda.

-No. Sólo esto, gracias. -contestó el cliente y sacó su billetera para pagar el precio que marcaba la pequeña pantalla visible para él.

Taehyung tecleó algunos números para poder obtener el ticket y cobrar la cantidad correspondiente. Arrancó el ticket y lo entregó al hombre que ahora le daba la cantidad exacta.

-Gracias por su compra. -le regaló una media sonrisa para parecer amable, en cuanto el hombre abandonó la tienda, él borró la borró y volvió a su estado de agotamiento, dejando escapar un bostezo.

Suspiró y guardó el dinero dentro de la caja. Ya pasaban de las once de la noche y su turno aún no terminaba; debía recuperar las horas perdidas del día anterior pues se ausentó para poder terminar un proyecto de la universidad. No podía permitirse que le descontarán el día. Ya se le estaban terminando las provisiones que compró hace dos semanas y la renta se avecinaba.

Un suspiro salió de sus labios al recordar aquello. Cerró los ojos un momento, ya hace varios minutos la luz fosforescente de la tienda estaba haciendo de las suyas en sus irritados ojos.

La campana de la puerta sonó por todo el lugar, indicando la llegada de un nuevo cliente, Taehyung abrió los ojos y miró detenidamente al chico que ya se había encaminado hacia uno de los pasillos. Su corazón dió un vuelco extraño, como cada que veía al rubio entrar por esas puertas y tomar una soda de lata y un ramen instantáneo.

Taehyung se acomodó en su asiento y se permitió espiar al chico por medio de la pequeña pantalla que tenía a su costado; eran las cámaras de seguridad.

Lo miró tomar la lata de siempre de uno de los enormes refrigeradores al fondo. Hoy vestía una camisa negra, la cual con sus mangas cubría por completo sus brazos pálidos, un gorro color gris hacia conjunto con sus mechones rubios. Taehyung se permitió fantasear, sin embargo, intentó guardar la compostura cuando el chico se dirigió a la caja de cobro. El empleado se relamió los labios, sintiendo su corazón palpitar como las alas de un colibrí.

Le dió una mirada fugaz al rubio, quién buscaba su billetera por los bolsillos de su jean. Taehyung metió rápidamente los productos en una bolsa y un cosquilleo se situó en la yema de sus dedos.
En un rápido movimiento (y bastante discreto, gracias a los cielos), tomó un par de cajitas de caramelos de colores divertidos y los metió junto con las compras. Agradecía que aquel chico estuviese tan distraído con los productos que se exhibían en los estantes a su derecha.

obsedé  ִֶָ  kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora