4.

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JiHoon yacía echado en la cama de su habitación, estaba jugando con un balón de espuma tirándolo al techo. De alguna manera eso liberaba su estrés.
Hace aproximadamente una hora, había llegado de su visita inesperada de la casa de Ren; el fin de semana, sus amigos y él irían de compras al centro comercial, sería algo complicado con todos ellos que son revoltosos pero valdría la pena.

Próximamente él dominaría la escuela como todo un rey y SeungCheol sería el que le lustraría sus zapatos de cuero italiano y, no señor, nada de escobillas, aquel usaría su lengua.

JiHoon ya tenía todo planeado en su trabajada mente. Cómo y dónde se vengaría del mayor, antes JiHoon era un chiquillo indefenso que no le hablaba a nadie, parecía que sufría una clase de mutismo selectivo pero con SeungCheol molestándolo constantemente desde que entró a la escuela, su carácter fue floreciendo, pero se inclinaba más a un lado inusual.

Siguió jugando con la pelota de espuma lanzándolo ahora contra la pared.

YoonGi entró al dormitorio de su hermano mayor sin permiso alguno.

—Estoy aburrido... —declaró echándose a la cama del mayor con los zapatos puestos.

JiHoon se giró y le tiró el balón de espuma a la cara de su hermano con mucha fuerza.

—¡Estúpido, deja de ser tan agresivo!— se puso su manga a la nariz para detener el posible sangrado.

El pelinegro se encogió de hombros restándole importancia y acomodándose sus gafas respondió —Si ya sabes como soy ¿Para qué vienes?

—Mamáááááá— comenzó a gritar.

— ¡Cállate, o le diré que estas con JiMin! — amenazó con una sonrisa ladina.

— ¿Có- cómo ?

—Lo sé todo mocoso, cuatro vistas de porno normal, y cincuenta vistas de porno homosexual. Vaya hermanito... parece que quieres aprender ¿Acaso te vas a estrenar? — se burló.

— ¡¿Por qué coges mi laptop?!

—Aún me pregunto como JiMin te hizo caso ¿No lo molestabas desde la primaria?

—Ez qi mi gustabi —respondió con la manga en su nariz.

— ¿Ah? —no entendió— ¡Suelta tu nariz, tu voz suena rara!

El menor obedeció, dejando ver su nariz roja por el golpe —Me gustaba, quería llamar su atención, eso era todo. Así como dos más dos es cinco — respondió con obviedad.

—Tarado... Ya lárgate de mi cuarto que estoy pensando en algo importante.

— ¿Qué cosa, JiHoonnie? — interrogó tratando de hacer aegyo para que su hermano riera.

—Como dominar el planeta tierra — respondió sin expresión facial.

—A veces pienso que tu rostro no va con tu personalidad...

— ¿Sabías que satanás era un ángel? —el menor negó, poniéndose de rodillas tomándole suma total atención a su hermano para que le cuente la historia —Bueno ahora lo sabes, lárgate.

— ¡JiHoon! —reprochó.

— D-Boy, no volveré a repetirlo. LAR-GA-TE —volvió a apuntarle con el balón listo para darle, pero esta vez en el cerebro para ver si así se le encendía.
El menor salió corriendo, no quería sufrir otra contusión.

****

SeungCheol estaba en la casa-mansión de SeokMin. Estaban todos reunidos, eran los miércoles de confraternidad, pero como ellos le decían: Noche de machos pechos peludos.

Revolucionando La Escuela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora