9.

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-Ya debe estar por llegar, Hoon, sé paciente... - trataba de calmarlo JeongHan, dándole palmadas al hombro - «¿Dónde estas Ren...?»

¿Y si lo secuestraron? - se alarmó SoonYoung.

- Esto es Corea, no Latinoamérica - contestó SeungKwan.

- ¿Por qué se preocupan tanto? Recién son las... - miró su reloj WonWoo - 12:02, solo dos minutos han pasado.

- La hora es la hora - gruñó JiHoon, cruzado de brazos.

- Quizás ya se perdió, ustedes saben que Ren está igual o peor que el grupo sin neuronas de JunHui. - explicó con naturalidad MingHao.

- ¡¿QUÉ DIJISTE MOCOSO?! 

Todos dirigieron su atención dónde provenía la voz. Era Ren que tenía un helado de vainilla en su mano derecha.

- Tenía calor - explicó.

- La hora es la hora... - volvió a reclamar el pelinegro.

- No seas amargado JiHoon, solo fueron dos pequeños y cortos minutos - acercó su helado a la boca de MingHao- ¿Quieres?

- ¡Si! - iba a probar el refrescante helado de crema, pero el mayor se lo quitó y se dio la vuelta.

- Compra.

- Tan maduro... - susurró WonWoo. 

A JeongHan ya no le cabía la felicidad por dentro, él podría decir que no estuvo tan entusiasmado desde el último partido de fútbol dónde participó SeHun. Se colgó de brazo de Ren y ambos fueron caminando juntos con sonrisas tontas, adentrándose al centro comercial.

- Come one everybody! - gritó Ren, llevando su mano izquierda hacia delante para que siguieran sus pasos. Mientras que con la derecha estaba anclado a su fan.

Estaban caminando lento viendo cada tienda con paciencia. El mayor ya sabía a que tienda ir, como lo alumnos no poseían dinero, Ren tuvo que mover sus contactos. Se comunicó con algunos amigos que incursionan en el mundo de la moda y belleza; uno aceptó y le dijo que no habría problema alguno con que se llevarán unas prendas completamente gratis.

Pasaron por la famosa tienda de la marca "Gucci", a MingHao le brillaron los ojos cual niño ve a Iron Man.

- Qu- qué es esa belleza... 

- Lo siento chino, pero no tengo amigos que trabajen ahí. Vámonos - lo tomó del brazo para llevárselo, pero MingHao hizo fuerza -. Te he dicho que no tengo contactos ahí y mucho menos dinero.

- Yo tengo dinero y mucho - contó MingHao.

- ¿Eh?

- Los padres de MingHao son millonarios - contó SeungKwan.

- De las cosas que uno se entera, entonces... ¡¿Qué esperamos?! ¡Pasemos! 

Jaló a todos y se adentraron a la elegante tienda. 

Habían prendas de ensueño, algunas cuidadosamente bordadas con hilos de oro, chalecos de cuero italiano, correas de piel de cocodrilo africano, lo que toda persona desearía tener. Todo era realmente sofisticado y elegante.

- Hay tantas cosas que ver, tanto que comprar... - expresó MingHao, viendo con adoración absoluta cada prenda de vestir.

- No te emociones mucho, te puede dar algo, un coma de felicidad tal vez - aconsejó seriamente SoonYoung.

- O quizás por ver tanta ropa, te vuelvas bizco - comentó JiHoon, sentándose en el sofá de cuero negro.

WonWoo estaba de pie viendo a todos, mientras abrazaba a SengKwan por la espalda y apoyaba su mentón en el hombro ajeno. Últimamente esos dos andaban muy pegados, pero era imposible que pasara algo, porque tenían algo en común... La pasividad.

Revolucionando La Escuela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora