Paciente Numero 666 - #SickFNAFHS

Ten cuidado con lo que dices

-¿¡Cómo es que lo dejaste escapar?! -Gritó Usagi Bon (Directora del Psiquiátrico) a Abby mientras caminaban rápidamente buscando a Bonnie.

-Lo siento señora, fue todo demaciado rápido, no pude reaccionar.

-No importa, seguiré buscando yo, tú ve a avisarle Félix y a Meg -Dijo la peliazul para salir corriendo del lado de Abby, mientras que esta última se dió media vuelta a buscar a los jóvenes psiquiatras.

Todavía le desconcertaba lo que había pasado en su clase, nunca se le habían salido las cosas de las manos, pero esta vez perdió el control de la situación. Ella creyó que nunca le pasaría esto, pero siempre hay una primera vez para todo.

La pelirroja buscaba por cada lugar de esa institución intentando encontrar a Mangle y Félix, sin éxito.
Finalmente, después de unos minutos, los encontró, estaban con Bon.

-¡Chicos! ¡Ocurrió algo! -Avisó Abby acercándose a ellos.

-Shhh... Lo sabemos, estamos intentando calmar a Bon, está muy asustado -Dijo Meg en voz algo baja, para que el nombrado no las escuchara.

-Pero tenemos que encontrarlo, quien sabe que podría estar haciendo -Volvió a hablar la pelirroja, ahora más agitada.

-¡Escuchen! -Llamó la atención Félix a las chicas -Bon dijo que lo vió alejarse con dirección a su habitación, así que haremos esto: Abby, quédate con Bon y asegura que todo esté bien, luego llévalo a su habitación. Meg, tu llama a todos los chicos que encuentres por los pasillos y diles que vayan a sus habitaciones, como la mayoría de ellos están afuera y juntos, no creo que Bonnie vaya hacia ahí. Yo, iré a buscarlo a su habitación y si no está ahí me iré con Usagi y lo buscaremos juntos ¿Entendieron? -Después de esa última frase ambas chicas asintieron y fueron a donde Félix les indicó.

Algo olía mal, el pelirosa sabía que no era buena idea irlo a buscar solo, pero en esos momentos no quedaba de otra. Un paciente tan delicado suelto por ahí puede ser un gran peligro, el sabía perfectamente que Bonnie era un caso alarmante, tenían que tener mucho cuidado, por ello, tenía que apurarse.

Félix después de unos segundos de correr llegó a la habitación de Bonnie, sacó la llave maestra y la abrió lentamente, mientras analizaba la habitación en el proceso. No encontraba nada fuera de lo normal, hasta que se dió cuenta de algo que lo aterró.

La almohada de la cama de Bonnie estaba llena de sangre.

-No... Otra vez no...

¿Qué había hecho Bonnie esta vez? Esto le hacía recordar a lo que le hizo al pobre gato y a la psiquiatra que lo atendió aquella vez. Se quedó petrificado, pensó en cientos de posibilidades.

Sintió un escalofrío recorrer su espalda, como si una brisa de aire frío hubiera pasado por ahí. Cuando se dió vuelta puedo ver la puerta totalmente abierta y todavía se movía, alguien había salido. Estaba seguro de eso.

"Jijiji"

Una pequeña risa se escuchó, tan imperseptible, pero pudo oírlo perfectamente. Cuando se acercó a la puerta vió marcas de pies en el pasillo de color carmesí al igual que la sangre, un rastro. Un camino de pisadas que llevaban hacia... El patio.

Félix se alarmó. Si Bonnie estaba ahí, significa que podría hacerle cualquier cosa a cualquier persona. Tenía muchas opciones. El rastro de pisadas terminaba justo donde empezaba el césped. Se aterró, pero no quería alarmar a los chicos, eso armaría un completo lío. Jamás, en toda la historia de este psiquiátrico un paciente había escapado, salvo una vez que ahora está totalmente borrada de la historia. Esto podría hacer que la fama que tenía el recinto junto que sus fondos bajaran, tendrían que despedir a parte del personal o llevar a muchos niños a otros lugares por no poder cuidarlos. Habían podido librarse una vez, pero no hay segundas oportunidades.