Sigo sin entender cómo es que, de tal mujer, perfecta a los ojos de cualquier hombre, preferiste dejarla por alguien tan insignificante, como yo, alguien que a lo que más aspira es a un trabajo de medio tiempo, con hobbies tan insignificantes, con vida tan insignificante. Pero tú, un chico guapo, alto, con esa sonrisa tan perfecta, esa imaginación tan perfecta, esos ojos tan profundos, inteligente y, que cuando estoy contigo, el tiempo pasa como si fueran segundos y no horas, ni días.
Cada que pienso en ti, este en donde este, los colores se me suben a la cara, me siento en las nubes, esas mariposas que se sienten no se comparan para nada con lo que pude haber sentido por alguien más, esa sensación de alegría y sigo sin poder saber cómo paso todo tan rápido y tan lento. Pareciera que no existe ni el tiempo ni el lugar cuando estoy contigo. Solo importa esa sensación, que ni la ciencia, ni la religión, ni nada, ni nadie puede explicar.
Sigo sin poder explicar cómo es que, a pesar de haber notado tu presencia desde hace mucho, no sabía que podía haber acabado. Varias veces noté que me coqueteabas, pero prefería no hacerme ilusiones falsas, total, el tema del amor es algo que nunca pude explicar, y realmente no me interesaba. Pero, tiempo después del accidente, te acercaste a mí, me invitaste un café. Tu elegiste un café americano, mientras que yo un café lechero, con mucha azúcar. Ese día me di cuenta de que tú no eras como todos los demás. En ese momento supe que tu eras el correcto. Y sigo sin creer que todo esto empezó por Una Taza de Café.
Te Amo
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Una Taza de Cafe
RomanceInspirado en la vida real (disculpen si hay faltas ortográficas) es algo corta pero es más una reflexión