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Es un poco raro, te puedes enamorar en muy poco tiempo pero tardas años en confesar tus sentimientos, extraño.
Pues esto es lo que me ha estado pasando desde hace casi tres años, así es, estoy enamorado del chico más lindo y tierno que puede haber.

El día en que lo conocí fue el mejor de mi vida y desde ese momento, SanHa es la razón de mi sonrisa.

Con sólo verlo alegra mi día, mi pulso se acelera cada vez que hay algún tipo de contacto físico entre nosotros o cuando me dice "MinMin".
También debo de admitir que soy bastante celoso, algunas veces lo he visto con un chico mayor y eso en verdad me enoja, ¿es necesario que lo abrace tanto?
Sé que SanHa no es ningún objeto o algo parecido pero él es sólo mío.

Lo he estado pensando desde hace ya varias semanas y estoy decidido a confesarle mis sentimientos, no espero una respuesta concreta, sólo quiero que él sepa lo importante que es en mi vida.
Aún sigo ideando cómo decírselo, en realidad no tengo idea alguna pero hoy se me ha presentado la oportunidad perfecta, él mismo me ha pedido que salgamos a dar un paseo, algo que es un poco raro.

Toqué por décima ves la puerta de su habitación, ¿qué tanto hace?

- SanHa, ¿estás listo?, llevas casi veinticinco minutos ahí dentro.- recargue mi espalda en la pared a un lado del marco.

- ¡Espere, hyung! - gritó detrás del pedazo de madera que nos separaba.

- Me iré si no sales ahora mismo.- me crucé de brazos y fruncí mis labios.
Finalmente la puerta se abrió y él salió, deslumbrante como siempre. Adoro cuando usa camisas blancas.

- Perdón, no era mi intención hacerlo esperar tanto.- bajó la mirada apenado, suspiré, ¿tiene que ser tan lindo?

- Yah... vámonos o se hará más tarde.- revolví su cabello y él rió. Salimos de su casa y caminamos sin dirección, ¿a dónde nos dirigimos?

- Hyung, ¿podemos ir al parque?- me miró con ojos suplicantes, soy tan débil ante ese brillo de sus pupilas.

- Bien, iremos ahí.- aplaudió como niño pequeño y chilló agudo.

- ¿Una competencia? - tomó mi mano y la sacudió, demonios, ¿hace calor o soy yo?

- ¿Hasta a el parque? - asintió repetidas veces y mordió sus labios con emoción.

- Tengo ganas de correr, por favor.- un puchero se asomó en su rostro. Basta, me lastima.

- Bien, si gano tiene que hacer lo que yo diga.- sonrió mientras daba pequeños brincos de emoción.

- ¿Si yo gano?

- Haré lo que hyung quiera.- de un momento a otro lo vi en el suelo a punto de correr.- ¿Listo?

- Espera, necesito prepa...

- ¡Fuera! - gritó y salió disparado dejándome atrás. Sin más comencé a correr, necesito ganar sería una gran oportunidad, no pasó mucho cuando lo vi a menos de dos metros de mí. Ya estaba cansado pero eso no me impidió aumentar mi velocidad y ganar ventaja.
Lo escuché quejarse y corrí aún más, tenía una idea si ganaba. Algo que tal vez se haga realidad ya que divisé el parque a unos cuantos metros, sonreí victorioso y pare cuando una pequeña fuente estaba frente a mí, me senté y esperé a mí pequeño.

SanHa llegó poco después, su respiración era anormal, recargó sus manos en sus rodillas mientras trataba de controlar su aliento.

- Eso no es justo.- se cruzó de brazos e hizo un puchero, reí.

- Claro que lo es, ahora tienes que hacer lo que yo quiera.- sonreí maquiavélico.

- ¿Qué va a querer? - se sentó a mi lado, aún con su puchero.
Miré el cielo y pensé, ¿sería una buena idea confesarme?

An innocent gameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora