Todo fue muy rápido. Jal se esconde bajo las sábanas y a veces llora, otras sólo sonríe vagamente como si visualizara la silueta de Chris allí, con ella. Coge fuerza y es que allí, está escondida en un mundo dónde Chris todavía existe. O dónde los bordes de su cuerpo se asoman en el vacío. Y a Jal le pican los ojos porque parece real, pero no lo es.
Y es tan pesado. Es una presión enorme que cae sobre ella, no la deja respirar y sus lágrimas salen a borbotones, calientes, espesas, amargas porque su cuerpo ya no puede seguir conteniendo el dolor que causa el hueco que dejó Chris.
Allí al frente de ella, bajo las sabanas. Sus ojos de vía láctea, brillantes, puros, pulcros. De esos ojos ya sólo hay algo negro, no existe y Jal se siente como perdida del planeta, aun cuando sus pies estén amarrados a varias cuerdas que la sujetan a la realidad.
Alguien apagó la luz; las figuras que formaban las sombras de sus manos (sus cuerpos colisionando tan caliente, supernovas en el universo, ese que era de ellos, lejos de las calles, cerca de los astros) no están y a Jal se le rompe los huesos por el dolor que el mundo causa sobre ella.
Los secretos que le arrebató a Chris, y que seguramente Jal se llevará a la tumba. Todo el peso del mundo cae sobre ella, en sus morenas espaldas.
Y ella se secaba la cara con sus manos, esas que antes encajaban en la cara de Chris.
Para luego llevarse su ropa de carne y hueso, esa que tantas veces la abrigó en las noches, dando Chris todo lo que era él, porque ''tú eres todo Jal, todo''. Y Jal se sentía por fin como feliz.
Todo fue muy rápido. Intenso. Garrafal. Brillante. Risas. Calor. Chris. Todo fue demasiado rápido, pero a la vez con demasiado felicidad de que Chris aún estuviera a su lado.
Y a Jal se le retuerce algo en la traquea recordando esos momentos, a Jal se le encogían los pulmones pensando en el olor de Chris, que ya se perdió para siempre. Chris no debería haber muerto, porque ''lo eres todo para mi Jal, todo''.
