Capitulo 2

17 0 0
                                    

Al ver como se acercaban, mi instinto fue correr, creía que estaba a punto de librarme de esta situación, pero todo se desvaneció cuando me alcanzaron y me acorralaron.
No sabía que hacer, por mi cabeza pasaban mil cosas, solo un milagro me sacaría de esta.
-Hola, ¿Que hace una lindura como tú tan sola a estas horas de la noche?- Hablo uno.
Era alto, robusto, de una tez morena y rasgos no muy finos.
-No te incumbe, además mi hermano está a punto de venir por mi- Mentí, nerviosa.
-Si claro, ya lo creo- Se burló otro
Estatura promedio, tez morena, tenía una mirada incómoda.
-Vendrás con nosotros, ahora- Me agarró fuerte del brazo inmovilizándome
Alto, fuerte, no pude verle la cara.
Estaba aterrada, sabía lo que querían hacerme, sabía como iba a terminar todo, lo sabía.
Intente luchar, pero fue inútil, desgaste las pocas energías que me quedaban, y cuando me di cuenta, estaban a punto de abusar de mi.
Mis esperanzas dejaron de existir.
Mis ojos no paraban de expulsar lágrimas, y en un instante caí al suelo, ya no me sujetaban, todo a mi alrededor estaba borroso, solo veía tres sombras, no, esperen, cuatro, cinco, ¿cinco?, poco a poco todo se fue volviendo oscuro, lejano, vago.
••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••
La Luz blanca.
Acaso ¿He muerto?
¿Me habrán matado esos desgraciados?
La muerte es una perra.
Cada vez me acercaba más a ella, me sentía triste, sola, sin fe.
-Creo que está despertando- Dijo una voz casi inaudible.
Despertando... significa que, ¿Sigo viva?
Sentí los músculos de mis ojos moverse con más facilidad mientras intentaba mover las demás partes de mi cuerpo.
Las imágenes que veía cada vez se hicieron más claras, recorrí con la mirada mi entorno.
Okey, hay un Puff, un armario, una televisión, desorden y un chico.
Espera, ¿Que carajos?, ¡Un chico!
Alto, tez moreno claro, ojos verdes, facciones realmente atractivas y por lo visto va al gimnasio.
Espera, ¿¡Que!? En que carajos pienso.
Yo me encontraba en una cama, imagino que era suya.
Comencé a hiperventilar, sentí que las piernas me temblaban, me fui haciendo chiquita, y la desesperación formó parte de mi.
-Por favor, no me hagas daño, por favor- Rogué por piedad
El chico fue acercándose lentamente.
-No me interesa hacerte daño-
Me sentía confundida y desgastada física y mentalmente. Angustiada por no saber dónde me encontraba y que había pasado.
-¿Quién eres? ¿Qué fue lo que pasó? - En mi voz se notaba lo mal que estaba.
-Me llamó Klaus, te salve la vida- Dijo
Me atrevo a decir que sonó un poco egocéntrico, alzado, yo qué se. Solo pensaba en mis padres, y en lo preocupados que deberían estar, quería salir corriendo en ese momento.
-Pues gracias, pero necesito irme ahora mismo, no te conozco- Moría de miedo.
-Ahí está la puerta, bajas las escaleras y puedes salir- Su actitud corporal demostraba despreocupación, como si fuera de lo más normal salvar a una chica a mitad de la noche de 3 pervertidos.
Me paré de la cama rápidamente, tomé mi bolso del suelo y me aproxime a la puerta. No sabía quién era ese chico, pero me resultaba un poco familiar, sin embargo alguien en mi situación no puede confiar en un desconocido, solo quería salirme de esa casa y llegar a la mía con mis padres y mi gato.
Yo estaba apunto de abrir la puerta de la habitación, cuando el ya se encontraba atrás de mi. En un movimiento rápido, puso su mano encima de la mía, los dos agarrando la manija.
Me puse tensa.
El sonrió al verme así, y abrió la puerta lentamente con mi mano aún abajo de la suya.
Y dijo - Cuidado por donde caminas-
Yo no supe como tomar eso. Trague saliva y con las piernas aún temblando me fui lo más rápido que pude.
Me sentía agredida, confundida y desprotegida.
Una vez afuera, era de día.
Pasé toda la noche fuera, mis padres deben estar buscándome, pensé.
Perdí mi celular, solo contaba con pocas monedas para el transporte a casa.
En el camino, mi mente no me dejaba tranquila, me hacía revivir el mal momento una y otra vez, al igual que mi salvador, cuya cara y acción no creía olvidar nunca.
Agradecí no encontrarme tan lejos de mi hogar, así que en 15 minutos, yo ya me encontraba hablando con mis padres y contándoles mi horrible experiencia.
Ellos me abrazaron con todas sus fuerzas sin querer soltarme.
-Hija, agradezco que estés bien, no sabes lo preocupados y asustados que estábamos- Dijo mi papá.
-Llamamos a la policía hija, pero ellos nos dijeron que habría que esperar más tiempo para procesar la desaparición, no sabíamos que hacer, salimos a buscarte y llamamos a todas las personas que pudieran saber algo- Hablo mi mamá al borde de las lágrimas.
Solo abracé a mis padres como nunca, no sabría que hacer sin ellos. Trate de tranquilizarlos un poco, pasamos todo el día juntos, lo que me ayudó a olvidarme por un momento del evento tan traumante que viví.
Iríamos a poner nuestra denuncia al día siguiente, si es que servía de algo, ya que casi nunca encuentran a los culpables o solo pasan al siguiente caso dejando inconcluso el anterior. Bendito México. Si de ahí soy.

Termine de cenar y subí a mi habitación, saludé a Balú quien tomaba una siesta en mi balcón. Es un gato muy flojo.
Después de un merecido baño, abrí mi laptop para ponerme en contacto con mi mejor amiga Mercy y contarle todo. Aún me sentía expuesta.
Durante nuestra plática, me sobresaltó el sonido de notificación de una videollamada entrante, no conocía al usuario y no tenía foto por lo que claramente la rechacé.
Al minuto, un mensaje por mi red social del mismo usuario que decía:
-No tendrás tanta suerte la próxima-
Se me hizo un nudo en la garganta, no sabía si llorar o gritar, no sabía que hacer.
Solo rogaba que fuera una broma.

———————————————————————

Hola, volví a retomar esta obra, hace mucho no escribía. Si aún queda algún lector. Bienvenido de nuevo, espero que les guste tanto como a mi. Se vienen cosas buenas. ¡Un saludo! ❤️😁

Por siempre, tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora