Te amé, te amo y te amaré.

747 24 0
                                    


Y ahora vas tú. Lo sé, después de tres años la primera carta. No sé cómo se hacen estas cosas pero lo voy a intentar. Aquí voy.

Creo que un saludo sobra, comenzar nunca fue nuestra mayor virtud. Cuando te conocí eras increíble, me encantaste, más que eso, te amé.

Eras estrepitosamente tú, perfectamente imperfecto, se podía estar y ser contigo sin miedo alguno a ser juzgada. Mi segundo gran amor intentó enseñarme a estar bien conmigo misma, a ver más allá de mis problemas y a destaparme mi vista nublada por el cabello en mis ojos. Solo tú lo conseguiste, lastimosamente fue a las patadas.

Aprendí a estar bien conmigo una vez te fuiste y me sentí sola; vi más allá de mis problemas cuando me di cuenta que mi único problema eras tú; y destape mi vista nublada cuando intenté esconderme detrás de un corte de cabello, eliminando por fin el cabello de mis ojos.

Fuiste todo lo que un día me juré no necesitar. Cometí errores de los cuales muchos dejaron de pesarme hace tiempo. Por el contrario los errores que cometiste aún me duelen.

He estado pensando en lo felices que pudimos haber sido si las cosas hubieran sido diferentes, lo felices que pudimos ser estando abrazados, viendo nuestros ojos, escuchando nuestras canciones favoritas y hablando de lo lindo que es ver el atardecer rosa desde la montaña más alta, con bebidas, besos... Lo sé, eso jamás pasara.

No pasara ni un solo sueño que hayamos hablado, no vendrás a mi graduación, ni me llamaras cuando te enteres que estoy destrozada por no poder ir a la Nacional; no te veré reír, ni te acompañaré a tus lugares preferidos, no viajaremos de mochileros por todo el mundo, ni nos casaremos en todas las religiones del mundo y sobre todo: nunca seré el amor de tu vida.

Han pasado meses desde la última vez que te vi, y he entendido un poco sobre nuestros mayores sentimientos: el miedo y el amor.

Miedo a no ser lo que los demás esperan, miedo a ser olvidados, miedo al rechazo, miedo a la soledad, miedo a no abrazar tan fuerte al amor para que se quede, miedo a ser lastimados y a lastimar.

El miedo es solo un impedimento para alcanzar todo lo que hemos soñado y queremos lograr. En tu tiempo me ayudaste a arrullar el miedo, desnudaste mi cuerpo y mi alma, besaste los puntos suspensivos de otras historias haciendo que al fin fueran puntos finales; conociste mis monstruos para intentar conseguir que ninguno llevara tu nombre. Pero al final todo se fue cayendo, despertamos de la fantasía y le vimos la cara al obscuro el uno al otro. Nos protegimos y nos alejamos. Todo se fue cayendo y adivina quién destruyo todo: el miedo.

Me hubiera gustado ser feliz, sin embargo sé que no me salvaras, y creo te quiero de verdad porque no te necesito y aun así no quiero que te vayas.

Lo más sano es dedicarte este verso:

"Sea lo que sea, gracias por el huracán,

deja la puerta abierta a futuros destrozos y posibles arreglos, y por favor,

no vuelvas jamás."

Y aun así no te lo dedico.

Hay momentos en que la vida te pone a la misma distancia de huir o quedarte para siempre, y yo ya me canse de correr en círculos. Aquí estoy, quedándome para siempre es este pedazo de papel manchado por unas rosas rojas, queriendo quererte sin miedo, al contrario, con ilusión.

Yo te amo –aun lo hago, así será hasta el final- de una forma tan sublime, con un corazón débil, entregado y rechazado más veces de las que puedo recordar.

Del amor puedo decir que jamás lo recibirás en la medida que deseas, a veces ni siquiera de quien quieres, pero amor es amor, y cura heridas profundas e invisibles. El amor me ha levantado cuando no he podido yo sola, de eso aprendí que primero debo caminar, quitarme la mugre y curar mis heridas abiertas para conseguir volver a intentar volar.

Algo que también aprendí es que no importa que alguien ponga el dedo en la herida, eso es solo un distractor, de lo que hay que fijarse es en por qué esta la herida y por qué no sana.

Tengo una herida hace tres años y aún no sé cómo quitarla, porque sé que no la olvidaré, pero quiero que deje de importar. Hasta entonces seré feliz ignorándola hasta que vuelva a arder.

Me alejo, me difumino entre la multitud de tus sueños y amores, me voy esperando no tener que verte más. Y de cara vuelves a mí, con un "Khelek, alguien te extraña" y una nota de resurrección. Y yo me doy cuenta que te amo. Y te sigo esperando. Esperando aunque duela.

De todo corazón solo me queda amor y luz para mandarte, para que no te pierdas, para que al fin encuentres la paz y la tranquilidad que buscas. Solo te pido que alguna vez me recuerdes en un sorbo de cerveza sin motivo alguno. Que sea eso: Un sorbo de lo poco que pude dejarte.

Pdta: Espero que seas feliz. Todos lo merecemos.

A todos los chicos de los que me enamoréWhere stories live. Discover now