Pues ahí estaban él, una noche más vacía que las anteriores y una cabeza que no paraba de dar vueltas.
Ambas tenían algo en común, ¿Cómo habían llegado hasta ahi?
Él estaba en su cama porque es lugar donde descansa, la noche sucede al día; esta era vacía ya que lo poco de cordura que quedaba cerca de él se habia ido por la ventana cual palabra que el aire se lleva, simplemente, se fue, dejó de estar. Sin motivo, dejando una duda, un vacío ilegal cuando se intentaba encontrar el por qué. Fue entonces cuando aprendió, que todo no es para siempre, que nada se puede planear, que todo lo que se hace, acaba haciéndose caida. La vida, tiende al caos, al desorden,a la variación de la entropía. Si no es ahora cuando se te arrebate algo, será mañana, y si no es suficiente con el día en el que menos te lo esperes, siempre quedará el día en el que dejes el mundo. Donde se te cobrará como interes tu existencia.
Asi es como empieza esta paradoja: desordenando tu orden y ordenando los pasos al desorden